martes, 19 de septiembre de 2017

(KaiSoo) The Eve -Oneshot-



          Título: The Eve

          Pareja: Kaisoo (Kyungsoo + Jongin) [EXO]

          Tipo: Yaoi


          Géneros: AU | Romance Fluff 


          Clasificación: NC-17


          Advertencias: Lemon


          Sinopsis: Diez años habían pasado para que este cayera en su tela de araña y no se daría por vencido hasta también conseguir su corazón.

          Notas: Este es un oneshot que me vino a la mente solo con ver The Eve de Exo. No es la octava maravilla y el lemon tampoco es algo en lo que me desenvuelva muy bien... Así que ya sabéis a lo que ateneros. ¡A leer!


          El sonido de las llaves tintinear y golpear pesadamente el cuenco de cerámica le despertó de golpe. Nada más comprobar cómo la luz amarilla del pasillo se colocaba bajo la rendija de la puerta desechó la idea de que se tratara de un sueño.

          ¡Kyungsoo había vuelto!

          Sin desperdiciar ni un segundo salió de la cama y fue tambaleándose hasta agarrar el pomo. Aún no estaba completamente despierto y cuando abrió la puerta la luz le cegó durante unos segundos, pero a pesar de todo logró encontrar el cuerpo del otro tras un par de pasos.

          - Jong...

          Ni siquiera logró decir completamente el nombre del menor ya que sus labios se vieron obstruidos por otros igualmente voluptuosos que le tomaban con deseo e impaciencia.

          - Jongin-ah, estás desnudo. - murmuró el más bajo cuando su boca finalmente fue libre de las ardientes caricias.

          - Kyungsoo-hyung...por favor... - pidió envolviendo una pierna en la cintura del mayor y balanceando su pelvis en círculos, aún con los ojos cerrados.

          El más bajo acarició las mejillas del otro con una mano mientras que con la otra recorrió la espalda de Jongin lentamente. El más alto tembló en un placentero escalofrío y se aferró con más fuerza a su amante ronroneando en su oído.

          - Chico impaciente... - murmuró Kyungsoo al tiempo que pellizcaba malévolamente uno de los glúteos del menor con demasiada fuerza.

          El respuesta Jongin gimió y se alejó del mayor emitiendo un leve quejido. Finalmente pudo abrir los párpados y contemplar al hombre que tenía frente a él, su compañero de piso, Do Kyungsoo.

          - Acabo de llegar de un largo viaje, no me he terminado de quitar los zapatos y ya te tengo encima. - dijo el mayor -. Recuerda nuestro trato.

          Jongin lo recordaba perfecta y jodidamente, a veces se preguntaba como podía haber aceptado un compromiso que apenas le beneficiaba.

          "Sólo sexo, tres veces a la semana, punto y fin" tarareó con rabia en su cabeza como una canción odiosa que desearía no haber aprendido.

          - Ha pasado una semana entera. - se explicó el menor con un puchero.

          - No es acumulativo Jongin, - respondió el más bajo caminando hasta su dormitorio con la bolsa de viaje a la espalda - y mañana tengo clase a primera hora.

          El alto le siguió tímidamente hasta el umbral del cuarto del mayor y observó con mirada triste como deshacía su maleta y se ponía cómodo en ropa de pijama.

          - ¿Sigues ahí? - preguntó Kyungsoo al volverse y comprobar que el de pelo castaño le devoraba con la mirada en silencio.

          El mayor suspiró al ver como la virilidad del otro se encontraba libre y levemente erguida dándole la bienvenida. A pesar de vivir con Jongin cerca de un año, aún no había logrado corregir su predisposición a andar desnudo por el reducido apartamento. Al menos había una manera de que se pusiera un poco de ropa dentro de la vivienda.

          - Voy a preparar algo de picar ante de ir a dormir. - de pronto los ojos del menor brillaron con emoción y se irguió con entusiasmo renovado - ¿Te quieres unir?

          No hizo falta una respuesta, nunca lo hacía de hecho, el menor no había rechazado esa oferta desde que empezaron a vivir juntos. Y de pronto desapareció de la puerta de su habitación, dándole vía libre al fin para salir. Kyungsoo sonrió mientras recordaba su norma de comer con, al menos, la ropa interior puesta.

          No podía obligar a Jongin a vestirse completamente, ya que el otro siempre se quejaba como un niño y exponía un montón de razones de porqué aquello sería atentar contra su libertad y la de sus "pequeñines".

          No había mucho con lo que trabajar  en los armarios o el frigorífico ya que Jongin había arrasado con sus provisiones, así que optó por la opción de emergencia. Un poco de chocolate que guardaba celosamente del menor en un lugar secreto: el cajón de las verduras del frigorífico.

          - ¿Qué tal la familia? - preguntó Jongin al llegar a la cocina con un slip negro muy ajustado.

          Kyungsoo se dio cuenta de que su compañero se había enterado del motivo de su viaje y no había sido porque él se lo hubiera contado. Iba a matar a Sehun en cuanto lo viera.

          - Bien, todos sanos y con ganas de pelear, como siempre. - contestó Kyungsoo removiendo el chocolate caliente en un cazo.

          - ¿Y mi querida suegra?

          Kyungsoo se mordió el interior de la mejilla y se recordó que estrangular a alguien seguía considerándose un delito.

          - Jongin... - murmuró dándose la vuelta y observando brevemente el fuego en la mirada que le dedicaba el menor.

          - Lo sé, "no es mi suegra". - dijo con claro tono de molestia -. "Nosotros no somos pareja, sólo compañeros de piso con beneficios".

          - Muy bien.

          Kyungsoo se tragó la tentación de ir hacia él y rendirse ante sus incesantes ofertas, pero había algo que le detenía siempre. El miedo.

          - No voy a rendirme Hyung, ni hoy ni nunca. - anunció mientras el mayor servía el chocolate en dos tazas y sacaba un paquete de galletas.

          Kyungsoo hizo como si no había oído aquello, pero su corazón traicionero se aceleró con emoción. Nadie, ni siquiera Jongin, podía saber lo que verdaderamente sentía.

          - Estoy cansado. - dijo dando un sorbo al chocolate y mirando a través de la ventana de la cocina a la oscura noche.

          - Pues estás más atractivo que nunca, - murmuró el menor lo suficientemente fuerte como para que el otro le escuchara sin problemas - el pelo despeinado te da un punto...

          Así era siempre, agasajado a piropos y frases calientes que el más alto no se callaba. Pero al menos no le tocaba si Kyungsoo no se lo permitía. ¿La razón? No quería enamorarse más de el menor, el reducir el tacto entre ellos le ayudaba a mantener la mente fría.

          - ...cómo cuando acabamos de hacer el amor. - añadió Jongin para sorpresa del más bajo, quién apenas logró evitar sonrojarse.

          Terminando su chocolate de un trago, dejó la taza en el fregadero y caminó con pasos rápidos a su cuarto.

          - Buenas noches. - dijo antes de cerrar la puerta y tirarse a su cama.

          Había sido un largo día y no podía luchar contra el desvergonzado de Jongin sin algo de descanso. Cada vez le era más difícil resistir, el menor poco a poco descubría sus puntos débiles y los usaba contra él.

          Pero la razón principal de su plan de resistencia aún seguía allí, dándole fuerza para frenar casi todos los impulsos del menor:

          "Él es Jongin; el niño que ha sido amigo de tu hermano pequeño desde los nueve años, hijo de los vecinos de tus padres y tu maldito casero".

          Desde que el menor le ofreció la mitad del apartamento que sus padres habían comprado para él en Seúl, supo que estaba perdido. Desde la primera noche había luchado para echar a Jongin de su cama, pero tras dos meses y gracias a una inoportuna borrachera accedió a acostarse con él.

          Desde aquello habían tenido que llegar a un acuerdo para frenar el apetito sexual del más alto, quién al probar el sabor de Kyungsoo se había vuelto un completo adicto. Una vez lo acorraló durante dos horas en la ducha, no supo como logró sentarse durante cuatro horas en clase al día siguiente, pero aquello le enseñó a racionalizar al menor.

          Mientras, al otro lado del pasillo, Jongin se encontraba en su propio cuarto mirando la pantalla del teléfono mientras jugaba con su polla. Sehun le había mandado fotos del cumpleaños en casa de su primo y Kyungsoo salía en bañador en tres de ellas.

          Estaba malditamente frustrado, apenas podía tocar al más bajo cuando estaban juntos y tras una semana de sequía estaba al borde de la locura. Cualquiera en su situación habría dado un paso al frente y habría roto el pacto, ya fuera para buscar un mejor compañero de cama o para invadir la privacidad de Kyungsoo.

          Pero, por fortuna o desgracia, le quería tanto que era incapaz de hacer cualquiera de las dos. Tenía apenas veinte años y ya estaba frustrado sexualmente.

          Dando un pequeño beso al Kyungsoo de su teléfono se fue a dormir, mañana ambos debían volver a clase tras las vacaciones del mes de septiembre.

*Unas horas más tarde*

          Estaba ardiendo, por eso no pudo evitar ir a la habitación del otro por la mañana temprano. Cayó en la cama de su compañero arrastrándose hasta quedar junto a él, y para cuando el dueño del cuarto abrió los ojos el intruso ya se encontraba en sus brazos.

          - ¿Kyungsoo-hyung? - preguntó Jongin, quién acaba de despertar por la visita que había profanado su descanso.

          - Caliente... - murmuró el más bajo abrazando fuertemente al menor entre sus brazos - ...estás caliente.

          De inmediato Jongin salió de debajo de las sabanas y palpó la frente del más bajo, comprobando que tenía mucha fiebre.

          - ¡Mierda! - dijo corriendo a su armario y sacando un par de pantalones y una camisa - ¡Espera aquí!

          Kyungsoo apenas podía ver al otro en la oscuridad, pero logró ver su sombra salir del cuarto y dirigirse a la entrada. De inmediato rodó hasta donde Jongin había estado durmiendo y hundió la nariz en la almohada aspirando su aroma. Le tranquilizaba y hacía creer que aún estaba a su lado.

          No supo cuando se quedó dormido, pero al despertar Jongin ya se encontraba nuevamente frente a el con una bolsa de medicina. Miró alrededor y observó la hora en el despertador de su mesilla. Las 5:03 am. Eso le hacía plantarse a que hora había despertado al menor.

          - Tómate esto. - dijo tendiéndole una pastilla y un vaso de agua junto a unas galletas -. Todo esto. - recalcó haciendo especial hincapié en las galletas de canela -. Harán que no te duela el estómago.

          Sinceramente pudo pasar media hora desde que empezó a comer hasta que finalmente terminó, pero Jongin siguió sentado junto a él esperando pacientemente.

          - Deberías intentar dormir un poco. - añadió tumbando al mayor sobre su cama y tapándolo con las sábanas.

          Iba a levantarse y salir para dormir en la otra habitación cuando una mano pequeña le detuvo. Sólo con su tacto podía reconocer al mayor, sin necesidad de girarse.

          - Quédate conmigo. - pidió suavemente.

          Jongin no lo dudo ni un instante y se echó a su lado, colocando la sábana sobre ambos. Más tarde pasó un brazo por encima del mayor y acarició su estómago por debajo de la ropa.

          En respuesta Kyungsoo tembló por los escalofríos de placer que le producía.

          - ¿Tienes frío? - preguntó el menor.

          - Mm... - murmuró el otro sin ser capaz de responder que en realidad era por su culpa.

          Aún estando muy enfermo era plenamente consciente del tacto y calor de Jongin. El cuerpo del más alto siempre le alteraba enormemente y le hacía caer una y otra vez en pensamientos poco sanos.

          - Espera. - dijo Jongin, sentándose de repente en la cama.

          Y de la nada empezó a desvestirse ante sus ojos. Kyungsoo agradeció tener fiebre y estar prácticamente a oscuras, así el rubor en sus mejillas no revelaría sus verdaderos sentimientos. Luego, volvió a meterse bajo la cubierta y abrazó al mayor hacia su pecho.

          Kyungsoo agradeció que se hubiera dejado la ropa interior puesta, pero aún así se sentía tremendamente incómodo siendo rodeado por sus brazos. Jamás se habían permitido, más bien el bajo nunca permitió, tocarse tras tener un encuentro. Las caricias, besos y abrazos poscoitales no entraban en su acuerdo.

          - No estés tan rígido, no voy a intentar aprovecharme de ti. - susurró con voz grave el menor.

          Pero aquello sólo consiguió acelerar el corazón del más bajo, la voz ronca de Jongin le traía recuerdos muy calientes. Inmediatamente después, notó cómo el menor le besaba la frente, apartando su flequillo con mucho cuidado.

          - No te pegues tanto a mí, ni me beses. - pidió en un susurro -. Puedo contagiarte.

          - No me importa. - respondió el más alto acercándose más aún a su compañero -. Ahora intenta dormir un poco.

          Pero era imposible en el estado que le ponía el menor, Kyungsoo no podía evitar estar alterado y terriblemente emocionado con tenerlo cerca.

          - Jongin-ah... - dijo intentando hablar seriamente sobre la no-relación que mantenían.

          Y entonces otro beso se posó en su sien, dejándolo sin palabras.

          - Por cada minuto que sigas despierto obtendrás un beso en la frente. - respondió Jongin.

          - Pero... - intentó debatir el mayor, pero un tacto caliente y húmedo traspasó sus labios.

          - Y por cada palabra uno en los labios. - añadió de forma impasible.

          Kyungsoo calló de inmediato y cerró los ojos, consciente de que el menor cumpliría con su palabra. Pero lo increíble fue que poco después de cerrar los párpados se durmió de verdad.

          Entonces Jongin fue al baño a por una toalla pequeña y la humedeció para luego pasarla por la cara del mayor. Y repitió el proceso con el resto de su cuerpo con mucho cuidado hasta la llegada del alba.

          No consiguió dormir mucho aquella noche, pero no se sintió pesado durante la mañana. Fue a comprar algo para que ambos desayunaran y luego se dio una ducha. Al volver a su dormitorio se encontró a Kyungsoo despierto y tapado hasta la barbilla con la sábana.

          - Me has quitado la ropa. - aquello no sonaba a pregunta sino a una acusación grave.

          - Estabas ardiendo, tenía que bajarte la temperatura. - explicó "olvidando" mencionar que le había recorrido el cuerpo entero con un paño húmedo -. He traído el desayuno, ¿lo quieres aquí o en la cocina?

          - En la cocina está bien... - dijo evitando mirarle directamente - ...estás desnudo.

          Jongin sonrió caminando hasta su armario aún con el pelo mojado. Algún día conseguiría que Kyungsoo disfrutara de su nudismo selectivo en interiores.

          - Y tú estás precioso esta mañana. - respondió lanzándose una mirada caliente a su silueta bajo la sabana.

          Era inevitable que se perdieran las clases de aquella mañana así que, una vez el menor comprobó que la temperatura de su querido compañero de piso volvía a ser normal, intentó un nuevo asalto.

          - No Jongin, sigo enfermo. - chilló Kyungsoo al otro lado de la puerta de su habitación, empujando con todas sus fuerzas para evitar que el más alto pasara.

          - Hyung, creo que ahora yo estoy enfermo. - dijo con voz aniñada en un intento de parecer tierno -. Estoy ardiendo y necesito que me des tu medicina.

          - No me engañas, cuando quieres que nos acostemos siempre intentas ser tierno y adorable...

          Pero, a pesar de su esfuerzo, no consiguió evitar la invasión del más alto. Este irrumpió en su cuarto y lo llevó cargado en sus brazos hasta el baño.

          - Así que te parezco tierno. - dijo desnudándolo contra su voluntad y metiéndolo en la bañera con él -. ¿Eso te pone?

          Jongin estaba justo detrás de él y una de sus manos se dirigió a su miembro mientras sus dientes arañaban su nuca.

          - ¿Tierno? - preguntó incrédulo, intentando alejar sus morenos brazos de su alrededor - ¿Estás loco o qué?

          Entonces una dura protuberancia acarició su parte baja de la espalda mientras la otra mano recorría su níveo pecho.

          - Tienes razón, estoy loco... - acto seguido mordió la oreja del más bajo y acercó aún más su polla simulando una embestida - ...y tú me has vuelto así.

          Tendría que esperar un poco más hasta conquistar el impasible corazón del mayor y, entonces, podría confesar que siempre le había deseado. En efecto, siempre.

          Desde que una tarde fue a casa de su nuevo amigo Sehun y el hermano mayor de este les abrió la puerta. Esa misma noche se imaginó como sabrían aquellos redondos labios acorazonados y si su blanca piel sería sensible a las caricias.

          Diez años habían pasado para que este cayera en su tela de araña y no se daría por vencido hasta también conseguir su corazón.

          - Joder, eres tan erótico... - gimió entrando una y otra vez en su interior -. Me vuelves loco Kyungsoo.

          El mayor apenas lograba llenar de aire sus pulmones, Jongin le besaba con tal fuerz que creía que los labios le sangrarían.

          - El próximo año tendremos que diseñar un nuevo contrato. - exigió enterrando su miembro en las profundidades del mayor -. Necesito penetrarte cada noche.

          Kyungsoo tembló al escuchar aquello. ¿Sobreviviría si lo hacían a ese ritmo cada noche?

*Tres meses más tarde*

          - Casa de los Do al habla. - dijo una voz al otro lado de la linea.

          - Sehun, diles a tus padres que Kyungsoo tiene mucha fiebre y que no podrá llegar hasta mañana por la tarde. - se apresuró a decir -. Yo lo llevaré en mi coche cuando regrese de las prácticas de la tarde. Y recuerda que tienes que llevar a Luhan para que Kyungsoo duerma en mi casa.

          Los hermanos compartían una habitación con literas, así que no habría sitio para el de ojos redondos si Sehun llevaba a dormir a un "amigo extranjero que echaba de menos pasar la navidad en familia" a su casa.

          - Se supone que debes esperar a mañana para jugar con tu regalo de Navidad. - bromeó el menor -. No seas un niño malo.

          - Debes empezar a tratarme con respeto, pronto seré parte de la familia. - exigió con fingido tono de enfado -. Si en un futuro quieres visitar frecuentemente a tus sobrinos primero tendrás que ayudarme.

          - ¡Por Dios Jongin! - exclamó el otro - ¿¡Pretendes dejar embarazado a mi hermano!?

          - Imbécil. - dijo Jongin antes de cortar la llamada.

          Menos mal que aquel idiota estaba de su lado y ya estaba trabajando en habilitar el terreno para cuando se presentara como la pareja de Kyungsoo a sus padres. No esas Navidades, primero tendría que arrinconar al mayor y formalizar su relación... No pudo evitar lo fácil que sería todo si de verdad pudiera dejar a Kyungsoo embarazado, solo la imagen mental le hizo sonreír.

          - ¿Con quién hablabas? - preguntó el mayor entrando en la cocina recién levantado.

          - Sehun, al parecer tus padres siguen en el aeropuerto de Japón por culpa de la nieve, dice que el vuelo se retrasará doce horas. - mintió mientras le tendía una taza con café con una sonrisa.

          Kyungsoo dudó y rápidamente inspeccionó su teléfono, para encontrar el mensaje de su hermano que le contaba la misma mentira.

          - Parece que el tiempo y tú estáis compinchados. - murmuró con recelo, aceptando al fin la taza y llevándosela a los labios.

          - Si, ¿verdad? - dijo rodeándolo y pegándose a su espalda -. Y, ahora que lo mencionas, podemos aprovechar la víspera de Navidad los dos solos...

          Últimamente las defensas del mayor eran más escasas y solo hacía falta un estudiado y concienzudo movimiento de caderas para alterarlo, tal y como hacía en esos instantes.

          - ¿En serio? ¿Ahora? - preguntó Kyungsoo -. Ni siquiera estoy completamente despierto. - añadió señalando a su café sin acabar.

          - Si me dejas, te prometo que te despertaré mejor que cualquier café.

          ¿Acaso podría negarse? Kyungsoo lo dudaba.


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