lunes, 5 de junio de 2017

(YeWook) Destiny -Serial- Capítulo 10



       Notas: ¡Hola! Hoy os dejaré por aquí un capítulo del que reconozco que me había olvidado por completo XD. Uno que estoy convencida de que os gustará y que más de una estará esperando e_e ¡Que lo disfrutéis!




       Había ido al apartamento de JongWoon nada más salir del trabajo, sin perder el tiempo entreteniéndose en otro lado para que no se le hiciera muy tarde y porque moría por verle desde que le había visto salir por la puerta de la empresa. Al final el mayor había acabado alquilándose también un piso en el pueblo de al lado, buscando un poco de intimidad e independencia. Al menos eso era cuando tenía trabajo, ahora esperaba encontrar otro rápido para seguir pagando sin problemas el alquiler de su modesta casa.

       -Ha seguido gritando como una loca por lo menos durante diez minutos después de que te fueras. -Le contó sin mucha pena mientras tomaban tranquilamente algo de beber en la cocina.

       -Me sabe mal. No tendría que haber empezado nada con ella si no estaba seguro. -Comentó JongWoon, pensativo. No estaba orgulloso de lo que había hecho y un leve remordimiento le atacaba cada vez que pensaba en ello.

       -Pues que no te sepa mal. Tú tampoco le dijiste que querías algo serio ¿no? Se lo dejaste claro desde un principio y ella no tenía derecho a ponerse de esa forma. -No iba a permitir que se sintiera mal por esa bruja.

       -Ya. Eso es cierto. -Tenía claro que RyeoWook no la soportaba por celos y que iba a saltar contra ella dijera lo que dijera. Le conocía lo suficientemente bien como para saber eso, al igual que sabía que lo mejor era no decírselo y darle la razón. De todas formas con quien quería estar era con él y no pensaba estropear un momento como ese, en el que intuía que iba a comenzar algo realmente intenso entre ellos dos.

       -Pues ya está. Olvídate de ella. -Dejó su vaso casi vacío sobre la encimera y se acercó a JongWoon para darle un abrazo. Lo había extrañado demasiado.

       -¿Olvidarme de quién? -Bromeó, haciendo ver que ya no sabía quien era esa mujer. Con una sonrisa sobre sus labios, dejó un casto beso en la frente del chico mientras se dejaba abrazar encantado.

       -Muy bien, así me gusta. -Apoyando la cabeza sobre su hombro, bajó las manos descaradamente hasta el trasero de JongWoon. Sabía que le iba a pillar por sorpresa al hacer aquello y le encantaba la idea. No era la primera vez que lo tocaba, pero sí la primera que lo hacía dentro del contexto en el que estaban-. Mío.

       Al notar ambas manos del joven sobre su trasero, manoseándolo, no pudo evitar que le hiciera gracia la situación y por ello se le escapó la risa ¿En qué momento dejaron de ser como hermanos para pasar a hacer ese tipo de cosas?

       -Tuyo. -Con una de sus manos agarró suavemente la barbilla de RyeoWook y le hizo alzar el rostro para besar sus labios una vez más, de forma cariñosa. En cuanto a lo de tocarle el culo, no pensaba decirle nada pues no era una molestia para él, así que dejó que siguiera haciéndolo cuanto quisiera.

       -Llévame a la cama, que estoy cansado. -Murmuró el menor sobre los labios del chico sin poder evitar sonreír por ese tierno besito que acababa de darle.

       -Ya, cansado. -Ninguno de los dos se lo creía, pero no por ello iba a dejar de obedecer ¿no? Estaba encantado de hacerlo.

       RyeoWook dejó salir una exclamación de sorpresa cuando fue levantado del suelo, agarrándose a él con fuerza para no acabar cayendo. No podía dejar de sonreír, pues la felicidad que sentía en los brazos de ese hombre no era normal.

       Durante el recorrido hasta el dormitorio no dejó de darle besitos sobre una de sus mejillas, le gustaba eso de que estuviera cargando con él hasta la cama tal y como le había pedido.

       Una vez frente a la cama, JongWoon se agachó con cuidado hasta apoyar las rodillas sobre el colchón y entonces fue cuando le dejó caer hacia atrás tumbado. Lo que no esperaba es que RyeoWook fuera a engancharse a su camiseta para así llevarle con él y hacerle caer sobre su cuerpo. Recordaba perfectamente la última vez que habían estado en una posición similar, la noche en la que al menor se le ocurrió emborracharse por uno de sus enfados de adolescente. Aquella vez había luchado contra sí mismo para no hacer una locura, pero las cosas habían cambiado. Ahora podía besarle las veces que quisiera porque esos tentadores labios eran suyos. No recordaba la última vez que se había sentido tan bien y afortunado.

       La sonrisa de RyeoWook no era más que el producto de la inmensa felicidad que estaba recorriendo su cuerpo en ese instante, en los brazos de esa persona a la que había amado en silencio durante años.

       -Te amo, te amo, te amo... -Repitió el mayor en susurros, con el rostro hundido en el cuello del chico y una sonrisa igual de sincera que la de él.

       Rodeó las caderas del mayor con sus piernas, abrazándose a él con todo su cuerpo. Ya no había nada ni nadie que pudiera separarle de él. Estaba justo donde quería estar, para siempre.

       -Yo sí que te amo. -Le respondió lleno de emoción mientras enredaba los dedos en sus suaves cabellos negros.

       Un beso en su cuello le hizo sonreír más de la cuenta. Le había gustado. Quería más.

       -Dame todo el amor que no me has dado hasta ahora, anda. -Quería que le devolviera todos esos besos y caricias que le debía.

       JongWoon no podía hacer otra cosa más que sonreír al igual que un bobo con cada una de las palabras y acciones del chico. Era la mejor elección que había tomado en su vida y solo se arrepentía de no haberlo hecho antes. Sin decir nada, decidió responder con un nuevo besito sobre su cuello. Y luego otro y otro. Le estaba empezando a enloquecer tenerle allí debajo, dándole mimos y susurrándole palabras bonitas.

       RyeoWook disfrutaba de cada uno de esos besos como si fueran el primero que recibía de él, teniendo la impresión de que no iba a cansarse nunca de ellos. Pensando en querer envejecer junto a esos hermosos labios que le besaban.

       -No te vuelvas a separar de mí nunca jamás, por favor. -Escuchó decir a JongWoon sobre su cuello, provocándole todavía más ganas de apretar su cuerpo contra él.

       -Tú tampoco lo hagas. Siempre juntos, eh.

       -Siempre siempre. Nunca te dejaré solo... Prométeme que tú tampoco lo harás. -Al decirle aquello, levantó un poco la cabeza para poder mirarle, llevando a su vez una mano a su pelo para acariciarlo mientras observaba enamorado sus ojos.

       -Nunca te dejaré solo, te lo prometo. -Juró con seguridad. No era algo que estuviera en sus planes.

       JongWoon no pudo evitar dejar un beso sobre sus labios, sin poder borrar esa estúpida sonrisa que se había instalado en los propios. Estaba dispuesto a darlo todo por esa persona, hasta el final.

       RyeoWook no tuvo reparos en profundizar el beso y volverlo todavía más apasionado, besándole con todas las ganas que había reprimido durante años. Notar como JongWoon seguía el ritmo de sus labios, devorándoselos a besos, era una sensación realmente excitante que estaba empezando a hacer estragos en él.

       Sentirse aprisionado bajo su cuerpo, la postura tan íntima en la que se encontraban, esos besos cada vez más ardientes y llenos de pasión... Oh, dios. Quería comérselo a besos de los pies a la cabeza. Cada parte de él.

       JongWoon coló una mano directamente bajo de la camisa del joven, sin pedir ningún permiso. Le deseaba tanto que estaba esperando la mínima señal para dar un paso más y pasear sus manos por ese hermoso cuerpo con el que tantas veces había soñado. Esa misma mano empezó a recorrer el torso de RyeoWook, delineando cada forma con los dedos lenta y delicadamente hasta que de los labios del chico salió un suspiro. Sonrió de nuevo en el beso, orgulloso y deseando que lo próximo que arrancara de ellos fueran gemidos de placer acompañados por su nombre.

       Agarrado a él y sin tener pensado soltarle, se dejó llevar por esas descaradas caricias que habían empezado cerca de su pecho y se estaban acercando cada vez más a su vientre, enloqueciéndole a cada centímetro más que bajaban y erizándole la piel a su paso.

       -Si quieres paro. -Sabía que no le iba a pedir que se detuviera, pero deseaba escucharlo de sus propios labios. Quería que le dijera que le deseaba tanto como él lo hacía.

       -No. No se te ocurra parar o te vas volando por la ventana, avisado estás. -Bromeó con una sonrisa, pidiéndole a su manera que no quería que detuviera lo que estaba provocando en su cuerpo. Esos calores no hacían más que pedirle a gritos que siguiera bajando su mano.

       Los labios del mayor se trasladaron al momento hasta su cuello con la intención de dejar una notoria marca en la piel de este. Mientras se encargaba de ello, saboreándole gustoso, desabrochó el pantalón del chico con destreza.

       Todo en él se estaba acelerando por momentos. Sus latidos, su respiración, sus pensamientos, todo estaba perdiendo poco a poco su control. ¿Cómo era posible que ese hombre tuviera tal poder sobre su cuerpo?

       Sin ninguna prisa, empezó a meter sus dedos poco a poco dentro de la tela de la ropa interior de RyeoWook, sabiendo que esa lentitud solo le estaba desesperando más. Disfrutaba de la sensación de hacerle perder la cabeza de esa forma, por él. Lo notaba en sus movimientos, en esos pequeños suspiros que escapaban de él de forma incontrolable y en su expresión, la cual miraba de vez en cuando de forma furtiva, deleitándose con ella. Todo eso estaba provocando en sí mismo tal excitación que sentía que iba a explotar en cualquier momento.

       En cuanto la mano del más mayor entró en su pantalón supo que estaba totalmente perdido y rendido a él. Casi sin darse cuenta, se enganchó con ambas manos a la camiseta de JongWoon mientras él empezaba a mover los dedos sobre su erecto miembro, palpándolo, masajeándolo, acariciándolo... Daba igual lo que fuera, le estaba conduciendo de igual forma a la locura.

       Apartó la tela con la mano, bajándola y de esta forma liberando por completo el miembro del chico para tener un mejor manejo con este, sin nada estorbando por en medio. Lo rodeó con la misma mano con la que había estado jugando con él y empezó a moverla hacia arriba y hacia abajo para darle eso que sabía que su cuerpo necesitaba. Le costaba un poco asimilar que después de todo estaba haciéndole aquello, pero por otro lado le encantaba y quería seguir complaciéndole de tal forma hasta hacerle terminar allí mismo.

       El más joven se retorcía bajo él a cada suave descarga de placer que le recorría, dejándose hacer sin preocuparse por nada más que por disfrutar lo que su hombre le estaba haciendo. Subió una mano de su espalda hasta la cabeza y entonces le obligó a acercar sus labios para poder besarle de forma salvaje y apasionada, buscando demostrarle en ese beso todo lo que le estaba provocando y lo bien que se lo hacía.

       JongWoon correspondió a ese beso con muchas ganas, permitiéndose incluso mordisquear un poco el labio inferior del chico entre beso y beso. Le estaba volviendo loco y no podía aguantar más. La presión ejercida dentro de sus propios pantalones empezaba a ser bastante incómoda, excitado como pocas veces recordaba haberlo estado. Ese chico siempre había tenido ese efecto en él, aunque hubiera una época en la que no quería reconocerlo.

       RyeoWook dio un suave tirón en el pelo del mayor, buscando algo que agarrar mientras el placer que recibía iba en aumento y le hacía arquear ligeramente la espalda. Apenas podía mantener la boca cerrada mientras de esta escapaban suspiros profundos y sonidos cargados de excitación. La húmeda y cálida lengua del otro se paseó sobre sus labios, delineándolos ¿Por qué tenía esos pequeños detalles que solo le ponían todavía más cachondo?

       De repente JongWoon dejó un momento lo que estaba haciendo, dejando al otro atento a lo que fuera a hacer a continuación y esperando que no se le ocurriera dejarle de esa forma. Ese temor desapareció rápidamente cuando le vio incorporarse un poco y quitarse la camiseta, dejándole ver parte de ese cuerpo por el que tantas veces había suspirado en secreto. Le enloquecía saber que ahora era solo suyo.

       -¿Tienes calor o qué? -Preguntó complacido con lo que había frente sus ojos. Por supuesto que lo tenía, podía verlo con solo mirar el notorio bulto entre sus piernas. Entre eso y su torso descubierto... se moría por volver a ser tocado por él. O todavía mejor, por sentirle dentro por una maldita primera vez en su vida.

       -Mucha. No sabes los calores que me están entrando. -Afirmó, cruzando una cómplice mirada con el otro. Ambos sabían perfectamente a lo que se refería con esos calores que nombraba.

       -Me hago a una idea, cariño. -Con una traviesa sonrisa en los labios, tuvo lo que en el momento le pareció la idea del siglo. Acercó un pie hasta la apretada erección del mayor y empujó hacia esta con suavidad, tampoco queriendo hacerlo muy fuerte pues lo que buscaba era provocar y darle un poco de placer, no una patada-. Vamos, quítate ya eso antes de que te hagas daño y ven a seguir con lo que estabas haciendo, que ya te echo de menos sobre mí.

       Esa atrevida e inesperada presión le hizo suspirar a traición, causando exactamente el mismo efecto que RyeoWook había estado esperando. Además, sus palabras y el tono lascivo con el que las había pronunciado había sumado morbo a toda la situación. Sin apartar la mirada de sus ojos y mordiendo su labio inferior sin darse cuenta, empezó a desabrochar su propio pantalón frente a la curiosa y analítica mirada de RyeoWook.

       Mientras le veía desnudarse, recordó la vergonzosa imagen de él descubriendo sin querer al mayor en la ducha, años atrás. Esas coloradas mejillas que ardían al ver lo que en su momento fue algo prohibido no tenían nada que ver con la sonrisa de satisfacción que estaba adornando su rostro. No, ya no iba a taparse los ojos o morir de vergüenza al ver la anatomía del mayor en todo su esplendor. Ahora lo que tenía frente a sus ojos era algo que pensaba disfrutar hasta el fin de sus días.

       -Madre mía, cómo estás. -Dijo para sí mismo mientras paseaba la mirada de arriba a abajo, pero sobre todo concentrándose en la parte baja de su cuerpo.

       Por algún motivo se sentía ligeramente avergonzado al mostrarse ante él de esa forma, pero eso no iba a detenerle de hacerlo pues era lo que deseaba. Le estaba sorprendiendo la actitud tan directa de RyeoWook, que por otro lado no era tan extraña teniendo en cuenta su forma de ser. Le gustaba, le encendía todavía más.

       -Todo lo que ves es tuyo. -Aseguró a la vez que se inclinaba para acercarse de nuevo a él tal y como estaban al principio, él también estaba extrañando ya el calor de su cuerpo.

       -Y todo lo que ves tú, tuyo. -Le respondió lleno de felicidad por sus palabras. A pesar de que lo que abundaba en él era el deseo y la pasión, no podía evitar dejarse llevar también un poco por el romanticismo en momentos como ese.

       Se abrazaron como si quisieran fundir sus cuerpos en uno solo, besándose con frenesí y acariciando todo aquello que alcanzaban con sus manos. Pronto ambos estuvieron desnudos, disfrutando del otro y de cada una de esas acciones que se regalaban mutuamente con pasión y amor.

       Tras años deseando algo que durante tiempo ninguno creyó que llegaría, allí estaban, viviendo su primera vez juntos tras todas esas veces que habían anhelado sus cuerpos en la más absoluta intimidad.

       RyeoWook no podía ser más feliz de lo que lo era entre sus brazos, siendo amado por él. JongWoon le hacía sentir alguien tan especial y querido que era imposible no sonreír cada vez que sus miradas se cruzaban sin querer o buscándose entre ellas. El cariño y cuidado con el que le estaba tratando mientras le hacía el amor le provocaba no querer detenerse nunca. Quería morir de placer por él por siempre, amándole hasta no poder más.

       JongWoon tenía claro que desde ese día, desde ese exacto instante, su vida era para RyeoWook. No quería compartirla con nadie que no fuera él, pues entonces jamás sería tan feliz como ahora sabía que lo era con él. Desde el primer momento en el que se vieron, el menor tuvo algo atrayente, algo que le transmitía tranquilidad y confianza hasta en los peores momentos. Ese sentimiento se había ido transformando poco a poco en un amor incondicional que nunca podría ofrecerle a nadie que no fuera él. Había sido un completo estúpido negando lo evidente durante años por miedo a hacerle daño. No quería ser el motivo por el que RyeoWook sufriera y por ello, había conseguido provocar eso que había intentado evitar. Pero no, ya no más.

       Le amaba. Le adoraba. Le enloquecía como nunca nadie lo había hecho. ¿Qué haría sin él, su pequeño, su destino? Lo único que quería era pasar el resto de su existencia haciéndole feliz, dándole mucho amor y cuidando de él hasta el fin de sus días.


2 comentarios:

  1. Oh! Por fin ocurrió, hasta que se se dejaron de tanta cosa y llevaron su relación tal y como es.
    En un principio me había decepcionado de Woon por andar con la tipa esa, porque en vez de hacer bien las cosas con Wook, las estaba empeorando, pero al menos se dio el valor de corregirlas y el resultado fue satisfactorio para el.
    Ojala nada les arruine su felicidad.

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    1. ¡Me alegra que te haya gustado! Sí, al final todo salió bien para ambos, ya se merecían un poco de felicidad ¿no? aunque siento que después de esto van a querer asesinarme con el siguiente capítulo... 😱

      Gracias por comentar~ ❤️

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