lunes, 22 de mayo de 2017

(KNK) Hell -Mini Serial- Capítulo 3


       Notas: Y por fin, aquí tenéis el tercer capítulo del fic de KNK, quienes están apunto de hacer comeback con su nueva canción, Sun.Moon.Star —aprovecha para promocionar a sus niños (?)—. Esta vez y después del susto del anterior, el capítulo será un poco más tranquilo; aunque con una sorpresa al final. ¡Espero que os guste!



       —Juro que me desmayaré si no encontramos pronto un lugar donde descansar —advirtió JiHun mientras subían una pesada cuesta y luchaba por hablar sin entrecortar las palabras. Sentía que las piernas iban a fallarle de un momento a otro. Habían sido un día y noche demasiado intensos como para continuar dando vueltas sin rumbo.

       —No tendríamos que tardar mucho en cruzarnos con un pueblo, según este mapa —SeungJun sostenía el pedazo de papel entre ambas manos como si fuera un tesoro. Él también deseaba descansar más que cualquier otra cosa. No sabía ni cómo era capaz de seguir manteniéndose en pie.

       Ya había anochecido y el amanecer estaba apunto de llegar. Podrían haber parado en cualquier punto y pasar allí la noche; sin embargo sus ansias por alejarse lo máximo posible de aquel bosque fueron más fuertes que la necesidad de descansar. Estaban demasiado seguros de que la explosión habría atraído a más de aquellos horribles seres hacia allí.

       Las pesadas y agotadas respiraciones de los chicos se hacían sonoras conforme se acercaban a la cima de aquella colina, no queriendo hablar demasiado para reservar sus fuerzas y no quedar sin aliento.

       —¿Decías ese? —preguntó un sarcástico HeeJun cuando ante ellos se alzaron un par de casitas que estaban cerca de la ruina—. No se parece mucho a un pueblo.

       —Da igual, servirá —a JiHun le faltaba poco para arrastrarse por los suelos e ir gateando hasta ellas ¿qué más daba que no fuera un pueblo? Ahora mismo eso era el menor de los problemas. Era un techo bajo el que dormir, que era lo importante.

       El grupo entró a la casa que tenía mejores condiciones, no sin antes asegurarse realmente bien de que no estuviera ocupada por alguien más. También pensaron que el teatro estaba desierto y desde esa noche, eran cinco en vez de cuatro.

       —He mirado todas las habitaciones de arriba. No hay nadie —Anunció InSeong tras su recorrido por los dormitorios de la segunda planta—. Tampoco parece que pertenezca a nadie. Al menos, ya no.

       —Lo mismo aquí abajo —les dijo YouJin al salir de la cocina. Definitivamente esa casa no era de nadie.

       —Uhm... ¿el sótano lo habéis mirado...? —JiHun observó inquieto una puerta de madera con aspecto inestable donde alguien había escrito con spray verde “Gente muerta encerrada aquí”. No era la primera vez que se encontraban con ese tipo de mensajes. A veces aparecían personas con esa consideración.

       YouJin se acercó rápidamente a donde él estaba e InSeong no tardó en hacerles compañía.

       —No serán un problema —les dijo YouJin tras analizar atentamente aquel descubrimiento—. Fuera quien fuera que los metió ahí dentro, parece que se encargó de que no puedan salir. Además, no llamaremos su atención si no somos muy escandalosos.

       —Bueno... —JiHun no quedó del todo conforme con esa información, pero YouJin siempre tenía razón así que confió en él y se relajó, dentro de lo posible—. Pasaremos aquí el día y mañana al amanecer retomaremos el camino ¿está bien? —anunció al grupo—. Necesitamos descansar y este parece un buen sitio.

       Dicho aquello, los jóvenes procedieron a ponerse cómodos. La inquietud de dormir sobre aquello que había en el sótano no desaparecería con facilidad, pero se intentaría.

       —Me sorprende que el segundo piso esté en tan buenas condiciones —comentó YouJin, observando los dormitorios intactos.

       —Mejor ¿no? —HeeJun se coló en una de las habitaciones con alegría y lanzó su pesada mochila a la cama, levantando una nube de polvo.

       —Sí, supongo que sí —le observó dejar las cosas mientras de fondo se escuchaban las voces de los demás. Parecía que estaban peleándose por la cama más grande. Sin embargo allí estaba HeeJun, feliz con una de las pequeñas, sin rechistar—. Oye... —desde la puerta, con la intención de llamar su atención—. Quiero agradecerte lo que hiciste por nosotros.

       —Bueno, también lo hice por mí ¿no? —bromeó el joven, echado sobre el polvoriento colchón mientras usaba su propia mochila como almohada—. La verdad es que no sé ni como lo hice.

       —A veces reaccionamos de forma inesperada en las situaciones más peligrosas —una ligera sonrisa cruzó sus labios, mirando al chico. Con ese comentario, el menor pensó que YouJin cada vez le recordaba más a una especie de sabio misterioso.

       —Sí, cierto —HeeJun le devolvió la sonrisa y pasados unos pocos segundos en silencio, mirándose, se le ocurrió algo con lo que podrían conocerse mejor—. Aquí hay dos camas ¿te quedas conmigo?

       YouJin, que no esperaba la propuesta, no se negó. Prefería quedarse allí con él y asegurarse una cama antes que ir con los otros tres para tener que pelear por un lugar donde dormir.

       Lo que fue una verdadera sorpresa era encontrarse con el funcionamiento de las tuberías; tendrían agua con la que lavarse y cargar provisiones para el viaje. Por el contrario, no había ni el más mínimo rastro de comida en condiciones aceptables para ser ingerida. Lo poco que había estaba en un estado demasiado malo como para no enfermar si se lo metían en la boca y tampoco es que estuvieran en el mejor momento para arriesgarse, pues los medicamentos escaseaban.

       YouJin, un recién descubierto experto en trampas, había salido con la esperanza de cazar algo bueno en los alrededores. Al estar tan próximos al bosque tendrían más posibilidades de comer algo fresco ese día.

       InSeong por su parte había conseguido la cama grande. Su mal carácter a veces intimidaba demasiado y mejor era no llevarle la contraria. JiHun y SeungJun habían terminado ocupando el tercer y último dormitorio disponible; uno con una simple y pequeña cama que tendrían que compartir si uno de ellos no quería quedarse en el suelo. A ninguno de los dos les parecía justo, pero ambos coincidían en que últimamente InSeong estaba más nervioso que de costumbre y quizás era mejor concederle aquel capricho por lo que pudiera pasar.

       —Está empeorando... —observó JiHun con preocupación—. Cuando le conocimos no era así ¿recuerdas?

       —Bueno, InSeong siempre ha sido un poco... pasional —comentó SeungJun a la vez que intentaba quitar la máxima cantidad de polvo posible de las sábanas entre las que iban a dormir.

       —Sí pero nunca de esta forma. Cada vez es más agresivo e impulsivo... Me preocupa que al final tengamos un problema serio con él —mientras hablaba en voz baja para no ser escuchado por aquel de quien hablaban, se sentó en el suelo y rebuscó en su mochila algo de comida que tenía guardada. Había intentado con todas sus fuerzas esperar, por si YouJin volvía con algo y no malgastar lo que tuviera en su pequeña despensa personal; sin embargo el hambre empezaba a ser más poderoso que él. Por un poco no pasaría nada... ¿no?

       —Ya lo sé, pienso lo mismo —admitió el más mayor con una expresión intranquila. Aun así no le gustaba pensar que uno de ellos pudiera ser un problema para los demás. Eran un equipo después de todo—. Supongo que cada uno lleva las cosas como puede...

       —Le está afectando a la cabeza —comentó JiHun mientras masticaba un par de frutos que había conseguido de camino al túnel, en los arbustos. No era gran cosa pero en ese momento le sabían a gloria.

       —En realidad... es normal ¿no? Lo que estamos viviendo es de locos —murmuró con cierto desánimo, observando a JiHun comerse esos pequeños frutos rojos como si fuera el más delicioso de los manjares.

       —Eres demasiado bueno. No sé como puedes seguir defendiéndole cuando siempre te está tratando mal —eso le indignaba más que cualquier otra cosa.

       —Porque creo que tiene razón... mira lo que ha pasado allí, casi morimos todos por mi culpa —Todavía se sentía horriblemente mal. El desastre que había creado con su torpeza podría haberles llevado a todos a la muerte. Menos mal que estaba HeeJun para evitarlo.

       JiHun lo miró silencioso, saboreando su comida con interés. Era cierto que SeungJun no era el mejor cualificado, pero odiaba verle sentirse culpable ya que fue algo que podría haberle pasado a cualquiera de ellos.

       —No es como si yo fuera mucho mejor. Aquí estaríamos todos muertos si no fuera por YouJin —bromeó, en parte. En realidad sí pensaba que si no fuera por el mayor, no habrían llegado tan lejos—. Anda, toma —se acercó a la cama y dejó caer uno de sus preciados frutos rojos sobre la mano de SeungJun—. No seas así contigo.

       SeungJun tomó aquella pequeña fruta colorada y se la metió en la boca mientras pensaba en las palabras dichas por su amigo. Realmente no quería culparse y torturarse con el pensamiento de que era una carga ¿pero podría olvidar lo ocurrido? Había sido un susto demasiado grande.

       Mientras el grupo recorría la casa de arriba a abajo buscando provisiones, YouJin regresó con un par de conejos viejos y despeluchados entre los brazos. La sangre de los animales corría por sus manos y manchaba sus ropas, pareciéndole desagradable hasta para sí mismo, el cazador. Nunca le había gustado hacer daño a otros seres vivos, pero estaba más que claro que la situación lo requería. Ya no podía ir tranquilamente al supermercado a hacer la compra semanal y no tenían más remedio que adaptarse a su nueva realidad.

       Lograron hacer un fuego sin mucho esfuerzo gracias a un mechero que traían siempre con ellos. Metieron unos cuantos periódicos viejos que encontraron dentro de una olla para de esa forma no crear un incendio en la casa y les prendieron fuego para cocinar allí a los pobres desdichados que serían su cena. SeungJun se sintió fatal al ver a los pobres, cuando YouJin anunció su exitoso regreso, aunque en realidad tenía tantísima hambre que no le importaba tanto como quería creer.

       En cuanto llenaron sus estómagos se dispusieron a compensar sus horas perdidas de sueño. Tan solo eran las diez de la mañana, entre una cosa y otra, pero cualquier hora era buena para dormir teniendo en cuenta el tremendo cansancio que llevaban encima.

***

       YouJin frotaba con fuerza la ropa que había estado usando con la esperanza de deshacerse de las tan poco queridas manchas de sangre, bajo el grifo del baño. Apenas había logrado dormir, no como los demás. Había dado vueltas y vueltas sobre la cama pero por más que lo intentó, no hubo manera.

       Finalmente había decidido abandonar el dormitorio y no ser una posible molestia para su compañero de habitación. Ahora debían ser cerca de las cuatro de la tarde y allí estaba, tratando de lavarse la ropa, sin mucho éxito.

       —¿Hace cuánto que estás despierto? —escuchó inesperadamente tras él. La voz era la de HeeJun y ni siquiera le había escuchado acercarse. Aquel chico podía ser realmente sigiloso, lo cual era un punto muy positivo.

       YouJin se giró un instante, tan solo para mirarle en cuanto escuchó su voz. Entonces, volvió la mirada a lo que tanto se esforzaba por hacer.

       —No lo sé, casi no he dormido —explicó como si no le diera mucho interés.

       —Deberías. Nos haces falta —hasta él, alguien que llevaba tan poco en el grupo, se había dado cuenta del importante papel de YouJin. JiHun tenía iniciativa y comprendía por qué le trataban como un líder, pero sin duda el mayor era quien realmente los guiaba por aquel peligroso mundo. También se había percatado de que si él no estuviera, los otros tres se habrían matado entre ellos hace tiempo.

       —Bueno, eso dicen —el tono con el que dijo aquello ya no fue tan desinteresado, llamando bastante la atención del más joven. Había sonado como si realmente creyera que no tenían razón al creer que YouJin era imprescindible.

       ¿Era un buen momento para sacar esa conversación? ¿Debía preguntarle por su pasado? No sabía por qué, pero estaba interesado en saber el suyo más que el de cualquier otra persona.

       Sí ¿por qué no hacerlo? Era el momento idóneo para ello. Abrió sus labios para pronunciar su pregunta pero antes de poder hacerlo, algo llamó especialmente su atención.

       Ambos chicos se miraron de inmediato, alertados. Esos sonidos en la planta baja solo podían significar que tenía compañía.

       YouJin tiró del brazo de HeeJun para hacerle entrar al baño y que no quedara en la puerta, al descubierto. Después él mismo se asomó un poco con la intención de ver a aquellos que estaban ocupando la vivienda. Con suerte, no serían más que un grupo como el de ellos, sin intención de pelearse con nadie.

       HeeJun ignoró que intentara que quedase allí escondido y se asomó por la puerta al igual que el mayor para saber de quien se trataba. Él no tenía por qué quedarse allí como si no supiera valerse, como un niño.

       —No puede ser... —fue lo primero que le salió decir a YouJin cuando vio la puerta del sótano en el suelo y a esos que en su día fueron como ellos merodeando por la planta baja. Era imposible. No podían haber salido por sus propios medios. Estaba completamente seguro de ello.

       —Tenemos que irnos —se apresuró en decir HeeJun, apartándose rápidamente de la puerta y llevando a YouJin con él. Si llamaban su atención estaban muertos.

       —Quizás podamos con ellos, he contado tres o cuatro —¿podía ser esa una buena opción?

       —¿Te vas a arriesgar? —le preguntó en un susurro, casi ofendido.

       —Nosotros solos no —esa fue su respuesta tras reflexionar, luchando por pensar con claridad y mantener la calma—. Tenemos que salir de aquí y avisar a los demás. Y ni siquiera tenemos nuestras armas.

       HeeJun asintió lentamente, comprendiendo lo que decía. No tendrían más remedio que arriesgarse a salir de allí, para una cosa o la otra.


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