domingo, 9 de abril de 2017

(Leobin) Le beau et la bête -Mini Serial- Capítulo 8


Nota: Más vale tarde que nunca. He llegado con un poco de retraso, pero espero que no vuelva a ocurrir. El tiempo es oro, y no quiero entreteneros más... ¡Qué lo disfrutéis!



Decir que sentía pánico sería quedarse corto. Jamás había tenido que asistir a una reunión con gente importante, unas pocas veces había sido invitado a clubes nocturnos o fiestas con su grupo del instituto, y no había punto de comparación.

Quedaban apenas dos días para la cita y el menor no hacía más que buscar información sobre fiestas de etiqueta y formalismos para tales ocasiones. Incluso se encontró preguntando al mismísimo Taekwoon ciertas palabras que no entendía.

- Serás mi acompañante, nadie espera que des un discurso inaugural o algo por el estilo. - dijo calmadamente el mayor mientras leía sentado en una butaca junto al fuego.

- Pero no quiero parecer un idiota o... - se defendió este.

- ¿O...? - quiso saber el otro.

- ...hacerte quedar mal. - aquella declaración repentina sorprendió a Taekwoon que levantó la mirada de su libro y le observó sorprendido -. Eres el hijo del fundador,  además del anterior jefe de la empresa, debo estar a la altura.

La sonrisa que había empezado a formarse en el rostro del mayor de pronto cambió por una mueca de confusión.

- ¿Anterior jefe? - preguntó frunciendo el ceño - Tú... ¿Cómo has llegado a esa conclusión?

Hongbin se quedó congelado de golpe. Acababa de descubrirse, y lo peor era que el mayor sabría que fisgoneaba en su vida personal de la peor manera posible.

- Hongbin... - le llamó calmadamente el otro, esperando una respuesta -. Dime la verdad.

El menor reprimió las ganas de comportarse de forma egoísta y decidió, tras unos momentos de reflexión, ser sincero con él. Aunque eso conllevara a mostrarle un acto que ahora le avergonzase.

- Wonsik, me lo dijo.- murmuró sintiendo el peso de la mirada de Taekwoon sobre él.

El mayor  dejó el libro sobre el reposabrazos y se tapó la boca con la mano, mientras miraba al fuego con repentino interés.

- Ya veo. - respondió con tono gélido.

A veces desearía pensar un poco más sus palabras antes de lanzarlas al aire y herir al señor Jung. Ya tenía suficiente con su terrible pasado, pero él siempre acababa removiéndolo sin darse cuenta.

Aunque esta vez su indiscreción y curiosidad eran parte del motivo del enfado de Taekwoon. Sin contar con el detalle de haberse informado de boca de el primo de este, al que ahora sabia con certeza que despreciaba.

Habían muchas cosas que él mayor no parecía dispuesto a olvidar o perdonar, y eso demostraba que su anterior vida aún permanecía latente bajo su piel. El hecho de haberse abandonado, descuidado y retenido dentro de esa oscura casa le hacían ver lo traumático que había sido aquella experiencia para él.

Seguramente habría sido tratado psicológicamente en el hospital, pero encontrarse sólo nada más volver a casa debería, al menos, hacerle perder parte de su cordura...

No le gustaba pensar en ello, y Hongbin se obligó a intentar mantener la mente en blanco, con la cabeza gacha y mordiéndose el labio para calmar los nervios.

- Hongbin, ¿tienes algún traje? - preguntó de golpe Taekwoon, haciendo que el menor se asustara.

- ¿Eh? - dijo, aún sorprendido por cómo habían cambiado de tema tan rapido.

- Tendrás que llevar uno a la cena. - se aseguró de recordarle.

- Ah, para la fiesta... - murmuró para sí mismo -. Sí, creo que usaré el de mi graduación.

Nuevamente se vio capaz de alzar la mirada y observarle desde su asiento. La piel magullada del mayor resplandecía con el brillo anaranjado de la hoguera, dándole un aspecto fuera de lo común. Su rostro, surcado por cicatrices parecía guardar los más oscuros y terribles secretos y el propio conocimiento de la muerte.

Sin embargo, ahí estaban, hablando de trajes. Resultaba bastante extraño y un poco cómico, pero si era lo suficientemente banal cómo para distraer al mayor de sus pensamientos, Hongbin haría lo que fuera por ayudar.

- He tenido que quitarle el polvo y plancharlo de nuevo, pero ya está colgado en mi habitación. - respondió con una amplia sonrisa -. Listo para darlo todo en la cena.

- ¿Lo has traido de tu casa? - preguntó escrutándole con la mirada - ¿Puedo verlo?

Había un atisbo de ilusión y curiosidad emanando de los oscuros orbes del señor Jung, y a Hongbin le pareció incluso adorable su reacción.

- Sí, claro. - dijo levantándose del sillón. - iré a por él...

- ¿Puedes traerlo puesto? - dijo Taekwoon, interrumpiendo de pronto su partida.

No sabía por qué, pero aquella simple petición aceleró su ritmo cardíaco de golpe. No había dicho nada raro, ni fuera de lugar, sólo se trataba de una simple e inocente petición. De modo que se reprochó a si mismo por alterarse sin motivo y se apresuró a asentir hacia su jefe.

- Sí, enseguida vuelvo.

Caminó a prisa hasta encerrarse en su cuarto, y una vez allí se cambió de ropa a la velocidad de la luz. Hacía años que aquel traje azul marino había quedado olvidado en lo mas hondo de su armario, tanto que ya había perdido parte de su brillo.

Nunca había sido el mejor traje del mundo, pero había sido un regalo de su padre, y el lo había lucido con orgullo en la ceremonia de fin de curso. Otra cosa muy distinta sería mostrarlo con la misma seguridad y desenvoltura frente a su jefe y antiguos empleados.

Aun así, hizo acopio de todo su valor y terminó de ponérselo. Después, cogió su corbata a juego y caminó con pasos cortos y titubeantes hasta llegar al salón. En donde Taekwoon le recibió con una misteriosa mirada.

- ¿Y? - preguntó con vergüenza - ¿Qué te parece?

El mayor no respondió de inmediato, y eso le puso aún más ansioso.

- ¿Crees que no es adecuado para la fiesta? - preguntó, intentando encontrar algún fallo en el corte de la pieza.

- No, - dijo poniéndose en pié de golpe - esta bien. Pero le falta algo.

Hongbin vio como Taekwoon se le acercaba con sus ojos clavados en él, casi sin pestañear, y tragó saliva. En aquel momento se sintió avergonzado por estar siendo evaluado bajo aquella penetrante, y oscura, mirada.

- ¿E-el...? - intentó decir - ¿El qué?

- Esto. - respondió Taekwoon, llegando frente a él y cogiéndole de la mano.

Era cálida y grande, y el simple contacto envío descargas eléctricas a lo largo de su cuerpo. El mayor sonrió levemente, y se acercó un poco más a él, bajando la mirada al cuello de su camisa, hasta entonces abierto.

Sólo cuando notó la mano de Taekwoon removerse sobre la suya, y arrebatarle algo de su interior, consiguió volver a la realidad y mirar hacia abajo.

El mayor le acababa de quitar la corbata azul celeste que había traído de su habitación.

- Una corbata.

Hongbin sonrió, sintiéndose tonto por haberse alterado, pero justo después volvió a sentir un cosquilleo, esta vez provocado por la sonrisa que el mayor le devolvió.

Estaba muy cerca, tanto que podía ver perfectamente los cortes en la carne que habían sufrido sus mejillas, su rostro, su alma... Y aún así, sólo podía fijarse en el brillo de su sonrisa y la calidez de su mirada.

Sin poder evitarlo alzó una mano y la llevó hasta la cara del otro, acariciándola con delicadeza.

- ¿Te duele? - preguntó en un susurro, lo bastante fuerte como para que el mayor le oyera.

Taekwoon negó con la cabeza y posó su cálida mano cubriendo la de Hongbin. Para, acto seguido, cerrar los párpados y deleitarse con el tacto del menor. No había más ruido que el crepitar del fuego y Hongbin sintió una atmósfera mágica nacer alrededor de ambos.

Pero, de pronto, sintió miedo.

- Taekwoon, yo... - dijo intentando poner fin a aquella situación -. Te considero un buen amigo y, espero serlo también para ti algún día.

- Eres más que eso Hongbin, y lo sabes. - le respondió el mayor, volviendo a abrir los ojos -. Lo que has hecho en mí y en esta casa es increíble.

Quería negarlo, pero desde el principio el mayor había demostrado que le atraía. Desde aquella fatídica y escalofriante noche, Taekwoon había sido francamente sincero con él.

- Simplemente no sé cómo agradecértelo.

- Taekwoon... - intentó decir Hongbin, para aclarar sus sentimientos hacia él.

- Eres lo mejor que me ha pasado nunca. - declaró el mayor, con una mirada tan triste que le rompió el corazón.

Parecía que en aquellos ojos no habitaba el anhelo, sólo tristeza y desesperación. Cómo si él también fuera consciente de los sentimientos del menor. Hongbin quería decir algo, llenar el silencio que se había creado de golpe, pero no pudo.

De pronto el teléfono de la cocina empezó a sonar y Hongbin dio un respingo en su sitio. Con una corta mirada vio como Taekwoon le apremiaba a que fuera a cogerlo, pero en sus oscuros ojos encontró una pizca de decepción.

Cuando se alejó sus manos dejaron de estar entrelazadas con las del mayor, y las sintió casi de inmediato muchísimo más frías. Un escalofrío recorrió su espalda de camino a la cocina, que estaba a oscuras. El teléfono seguía sonando y Hongbin se acercó a este con rapidez. Antes de coger el auricular comprobó que había varias llamadas perdidas registradas en el contestador, y de golpe su corazón dio un vuelco.

- Casa de Jung Taekwoon, ¿en qué puedo ayudarle? - dijo al descolgar el teléfono.

- ¿Hyung?

- ¿Wonbin? - preguntó al reconocer la suave voz de su hermano al otro lado - ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué llamas a estas horas?

- Hyung... Papá está en el hospital.

- ¿¡Qué!? - de pronto sintió que le faltaba el aire y que apenas podía respirar - ¿Por qué? ¿Qué ha ocurrido?

- Esta semana estuvo muy malo y hace un par de horas se desmayó. - explicó de forma atropellada el menor -. No sé qué le pasa, los médicos no quieren decirme mucho porque aún soy menor de edad.

- Está bien, dime el nombre del hospital. Y no te preocupes, iré para allá lo más rápido posible.

Hongbin apuntó el nombre del hospital y se despidió de su hermano casi en tiempo récord. Casi al mismo tiempo Taekwoon apareció en la puerta de la cocina con aspecto sombrío.

- ¿Quién ha llamado?

- Mi hermano, - anunció mientras pasaba su lado en dirección a la salida principal - han llevado a mi padre al hospital y parece algo grave.

Iba a coger las llaves de casa y las del candado de su bicicleta, cuando una mano le frenó en seco, tirando de él. Al girarse se encontró a Taekwoon mirándole, mientras seguía sin soltar su brazo.

- Tengo que irme ya. - dijo, casi suplicando.

El menor no tenia tiempo para despedirse, y le iba a costar llegar a la ciudad si seguía desperdiciándolo.

- Te acompaño. - declaró de pronto el mayor, dejando a Hongbin clavado en el suelo de la sorpresa.

- ¿Estás seguro? - preguntó, aún incrédulo

- Sí. - afirmó Taekwoon, esta vez tirando del menor hasta la parte trasera de la casa, en donde se suponía que estaba el trastero-. Iremos en mi coche.

Hongbin parpadeó estupefacto. No sabía que Taekwoon tuviera coche, y menos aún que estaba dentro de la casa. Pero cuando entraron al bajo reparó en una gran manta gris, que tapaba un coche bajo ella.

- ¿Sabes conducir? - preguntó Hongbin, aún sin terminar de asimilar la actuación del mayor.

Taekwoon se limitó a asentir y de un sólo movimiento retiró la lona que cubría el vehículo, de color negro y con asientos de cuero grises. Sin embargo todo se detuvo una vez que intentó abrir la puerta del conductor.

Fue entonces cuando Hongbin recordó el accidente y se volvió para colocarse entre el coche y su propietario.

- No tienes por qué hacer todo esto. - le pidió el menor viendo el sufrimiento en los ojos de Taekwoon -. Sé lo que supone para ti entrar en un coche.

- No lo entiendes. - dijo con voz desgarrada, mientras soltaba finalmente a Hongbin -. Yo te alejé de él y de toda tu familia.

Entonces una solitaria lagrima escapó de los negros orbes del mayor, recorriendo lentamente su rostro.

- Si muere, y por mi culpa no puedes estar junto a él... Jamás me lo perdonaría.





6 comentarios:

  1. Se tomó su mano, tomó su mano !!!!

    Gracias oh Dios!

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    1. Jajajaja, ¡ya era hora de que hubiera skinship! Muchísimas gracias por tu amor incondicional y por seguir tan de cerca la historia <3

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  2. No puedo con esto, ese momento. Tan único Y mágico entre los dos, la sinceridad con la que ve HongBin a Taekwoon me mata, sólo es capaz de ver a la verdadera persona que esta atras de esas cicatrices y dolor,él. Necesita dar en cara los sentimientos que pueda estar formando hacia su mayor y no temer por ellos 🙆💜. Espero que Hongbin pueda llegar a tiempo con su padre, en serio muchas gracias por actualizar,me hiciste sufrir un poco jajaja, pero valio la pena la espera. 💜

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    1. Jajajajaja, gracias a ti por seguir aquí a pesar del retraso T.T Siempre es un placer ver tus comentarios, me divierto mucho viendo cómo disfrutas de la historia xD.

      Supongo que todas tus preguntas se resolverán en el siguiente capítulo, ¡hasta entonces te mando un abrazo muy fuerte! ^^

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  3. ¡Wow, ha pasado más de un año! Después de leer todos estos capítulos nuevamente, ¡nuevamente me di cuenta de lo hermosa que es esta historia! ¡Realmente la extrañaba! En esto, el autor, por favor, ¡pide que descargues la secuela! Necesito nuevos capítulos! Siento que no puedo vivir sin ellos)))) xxxxxxxx)))) ¡Pero en serio, echo tanto de menos a tus héroes!
    Voy a esperar

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