domingo, 8 de enero de 2017

(TaoKai) Triwizard Tournament -Serial- Capítulo 10


          Notas: La Segunda Prueba del Torneo de los Tres Magos ha llegado, ¿qué le deparará a nuestro protagonista?


Capítulo 10
Segunda Prueba

          En la mañana de la Segunda Prueba, mientras JongIn intentaba pasar su zumo de calabaza al menos para no ir a esta sin haber comido nada de nuevo, recordaba también cómo se habían desarrollado los eventos algunos meses atrás, cuando TaeMin lo animaba a comer para no desfallecer en mitad de la prueba y también intentaba que se tranquilizara. Pensar en aquello hacía que se pudiera un poco nostálgico porque TaeMin no le hablaba desde el baile de Navidad, así que el chico se forzó a no hacerlo y a tragarse el zumo de calabaza bajo la atenta mirada de Wendy y JunMyeon.

          —¿Necesitas algo? —le preguntó el chico de las gafas, parecía un poco preocupado por él, pero JongIn negó porque no necesitaba nada, solo que terminara ya la prueba para poder relajarse porque en aquellos momentos tenía todos sus músculos en tensión.

          —Creo que solo está nervioso —comentó Wendy, acertando de pleno. El chico asintió a esto y siguió bebiendo lentamente su zumo para que no le sentara mal.

          —Puedo hacerte una poción para que se te quiten los nervios —propuso JunMyeon—, solo necesito unos pocos ingredientes y una media hora para hacerla, como todavía queda tiempo para que comience la prueba puedo hacerlo.

          —No es necesario —le respondió JongIn—. La última vez ni comí nada, ni me tomé ninguna poción y acabó bastante bien.

          —Si tú lo dices —murmuró el chico de las gafas, aunque no parecía demasiado convencido por sus palabras—, pero a mitad de la prueba puedes sentirte algo mal.

          —Si pasa lo soportaré —le contestó, para que se quedara un poco más tranquilo.

          JunMyeon asintió y luego dejaron el tema para que JongIn no se pusiera nervioso e intentara tragar aquel zumo de calabaza que parecía estar hecho de algo muy pastoso en vez de ser el líquido de siempre. Como la vez anterior, JongIn miró a su alrededor y descubrió cómo ZiTao comía sin que le pasara absolutamente nada, como si fuera un día normal para él y no el día de la segunda prueba del Torneo de los Tres Magos. El chico suspiró, porque parecía que al otro no le afectaba nada, ni los artículos de la maldita revista que no dejaba títere con cabeza, ni las pruebas del Torneo, ni siquiera que ellos dos tuvieran algo a lo que no le habían dado nombre, pero que consistía en besarse de vez en cuando, al amparo de la soledad y la oscuridad para que nadie los pudiera ver.

          JongIn inspiró hondo y se dijo mentalmente que si el otro estaba comiendo como si fuera la última vez que lo hacía, él podía probar algunas de las cosas menos sólidas del desayuno para no morirse de hambre en mitad de la prueba. Por esto, tragó el zumo de calabaza, que tantos problemas le estaba dando, y luego comió un poco, bajo la atenta mirada de JunMyeon y Wendy, que no se creían el cambio que había dado el chico que estaba sentado frente ellos en apenas unos segundos. Sin embargo, vieron bien que JongIn pudiera comer algo para que así no desfalleciera en mitad de la prueba —o al final, como le había pasado la vez anterior—.


★★★


          Tras el desayuno, los tres campeones tuvieron una hora para terminar de prepararse mentalmente para lo que se avecinaba y después se dirigieron hacia el lugar en el que había sido programado el inicio de la prueba. JunMyeon y Wendy hacía rato que se habían tenido que ir, dejándolo solo, así que se encontraba caminando hacia la montaña boscosa que se encontraba al este del castillo junto a ZiTao y SeHun. Ninguno de los tres hablaba porque, aunque generalmente fueran más o menos amistosos entre ellos, cuando la prueba comenzaba eran rivales y tenían que hacer todo lo posible por ganar, sin importar el otro.

          La montaña se alzó ante ellos después de varios minutos y se encontraron a un lado y a otro del camino a los alumnos de Durmstrang, Beauxbatons y Hogwarts, jaleando cada colegio a su campeón y dándole ánimos para que todo saliera bien. JongIn buscó con su mirada a TaeMin, tal y como había hecho la vez anterior, pero no lo encontró entre la multitud, aunque pensó que tal vez estaría cerca de JinKi y Luna o con Sulli y SeulGi, pero después de encontrar a los cuatro y descubrir que el chico no estaba con ninguno de ellos hizo que se sintiera un poco desanimado. Se habían peleado, sí, pero podía haber ido a animar al campeón de su escuela, a pesar de todo, porque una cosa no tenía que ver con la otra.

          El chico pudo haber seguido estando metido en sus pensamientos por siempre, pero la voz potente del director del Instituto Durmstrang lo sacó de ellos bruscamente, haciendo que prestara atención a lo que el hombre estaba diciendo porque si no lo hacía, no se enteraría de cómo funcionaría la prueba a la que estaba a punto de enfrentarse.

          —Hoy se celebrará la segunda prueba del Torneo de los Tres Magos en este ambiente boscoso —dijo ayudado por un hechizo para elevar el tono de sus voz para que así todo el mundo pudiera escucharlo, estuviera más lejos o más cerca de él—. En esta prueba, nuestros tres campeones pondrán a prueba todo su valor y su ingenio para conseguir algo que solo los magos especializados y experimentados son capaces de conseguir —el hombre hizo una pausa y los miró a los tres—: tendrán que traer en el interior del guardapelo que consiguieron en la primer prueba un poco de cuerno pulverizado de graphorn —explicó. JongIn se quedó de piedra porque jamás en su vida había escuchado el nombre de aquella criatura y eso que había cursado la asignatura de Cuidado de las Criaturas Mágicas—. Todos los campeones saldrán a la vez y buscarán por estos bosques a los numerosos graphorn que se encuentran aquí. El primero que regrese a este lugar será el ganador de la prueba, ¿entendido? —los tres chicos asintieron—. Tenéis cinco minutos para prepararos, después, vendréis a la línea de salida.

          JongIn, nada más escuchar aquellas palabras, salió corriendo hacia el lugar en el que había visto anteriormente a JunMyeon porque necesitaba que él le explicara qué narices era aquella criatura a la que tenía que encontrar y pulverizarle un cuerno.

          —JunMyeon —dijo en cuánto llegó hasta él—. ¿Qué es esa criatura? ¿Cómo puedo hacer lo que me han pedido? ¿Cómo de peligrosa es? ¿Si muero le puedes decir a TaeMin que lo sigo considerando mi mejor amigo a pesar de todo y a mis padres que los quiero?

          —Tranquilo, JongIn, respira hondo —le pidió y el chico lo intentó—. No vas a morir, así que ni pienses en eso, ¿vale?

          —Vale, ¿pero qué es?

          —Un graphorn es un animal que solo se encuentra en regiones montañosas de Europa —comenzó a explicar—. Es grande y jorobado y de un color púrpura y plomizo, creo recordar —describió—, su piel es más dura que la de los dragones, así que los hechizos no funcionan muy bien en ellos, así que te recomiendo que no intentes aturdirlo para poder acercarte a él porque te puede rebotar el hechizo.

          —Bien, entendido —asintió el chico—. ¿Algo más?

          —Sí —respondió JunMyeon—. Camina sobre grandes zarpas de cuatro dedos y tiene dos cuernos muy largos y afilados, ten cuidado con ellos e intenta solo rasparle la punta a uno de estos y guardar el polvo con rapidez en el guardapelo.

          —Vale —solo faltaban unos momentos para que tuviera que ir a la línea de salida, pero por la expresión del rostro de su amigo, supo que había algo más que este no le había contado—. JunMyeon, hay algo más, ¿verdad? —el chico se mordió el labio inferior y luego asintió—. ¿Qué es?

          —Es MUY agresivo —el chico de Ravenclaw recalcó la palabra “muy”, haciendo que a JongIn le dieran ganas de escapar, de aparecerse en su casa y esconderse debajo de las sábanas como cuando era pequeño y algo le daba miedo—. Los trolls de montaña los intentan utilizar como montura, pero generalmente no se dejan y acaban con cicatrices por ello.

          —¿Me estás diciendo que me voy a tener que enfrentar a una criatura a la que ni siquiera los trolls de montaña pueden controlar? —JunMyeon asintió—. Creo que le voy a decir a la directora McGonagall que me ha sentado mal el desayuno y que no puedo presentarme a la prueba, que me descalifiquen ya y todo arreglado.

          —Ni se te ocurra —dijo JunMyeon—. Tú vas a salir ahí, vas a correr por el bosque hasta encontrar un graphorn y le vas a raspar el cuerno para pasar la prueba, ¿entendido? —ante las potentes palabras del chico, JongIn no pudo hacer otra cosa más que asentir—, pues corre a la línea de salida y gana esta maldita prueba.

          JongIn le dio las gracias y el otro le deseó suerte, al igual que también lo hizo Wendy. Después de esto, se dirigió a la línea de salida que había marcado anteriormente el director de Durmstrang y esperó hasta que les dieran la señal a los tres de que podían adentrarse en el bosque para que la prueba comenzase de una vez por todas.


★★★


          Kim JongIn avanzaba por el bosque de una forma bastante rápida, aunque sin llegar a correr porque tenía que guardar sus energías para cuando se encontrara con aquella criatura a la que se tenía que enfrentar. Hacía más o menos una media hora, según su reloj, que se había adentrado en el bosque y todavía no había sonado ningún cañón, lo que significaba que ninguno de sus dos compañeros había regresado todavía victorioso. Aquello le daba algo más de ánimos al chico, así que no estaba preocupado todavía por no poder encontrar a aquella criatura llamada graphorn.

          Cuando era pequeño, el chico había visto muchos documentales en la televisión con sus padres y sabía que había que comportarse de forma cuidadosa y con cautela para no asustar a los animales y así poder acercarse a ellos y que estos no huyeran o se enfrentaran a ti. JongIn tenía ventaja en ese sentido porque había descubierto que los padres de los otros dos chicos eran ambos magos y jamás habían vivido en el mundo muggle, así que no habían podido tener acceso a aquellos documentales.

          A la vez que avanzaba por aquel lugar, JongIn pensaba en cómo podría realizar aquello que le habían pedido y salir vivo de ello. Miles de ideas disparatadas aparecían en su mente, pero el chico las desechaba todas ellas por esa misma razón, eran demasiado disparatadas como para que salieran bien. A pesar de saber que podía tener un poco de ventaja sobre sus contrincantes, el chico se sentía algo frustrado por aquello. Nunca se le habían dado demasiado bien los hechizos, era más bien un mago mediocre y seguía sin entender cómo había sido él el elegido por el Cáliz de Fuego cuando había personas mucho más capacitadas en todo como JunMyeon o Irene, la chica Gryffindor de la que había descubierto que era buenísima en un montón de cosas.

          El chico tuvo que dejar sus pensamientos de lado cuando escuchó crujir varias ramas en un lugar cercano al que él se encontraba. JongIn rápidamente se escondió detrás de un árbol y se puso en tensión a esperar y ver qué era lo que había provocado aquel sonido. Intentó mimetizarse con el tronco del árbol para no ser visto y reguló su respiración para que no fuera escuchada tampoco. Solo tuvo que esperar un par de minutos y lo que había provocado aquel ruido se encontró delante de él.

          JongIn esbozó una sonrisa al ver de lo que se trataba y con mucho cuidado y estando pendiente de dónde ponía sus pies, avanzó hasta que se colocó a su espalda, listo para atacar en cualquier momento. Si alguien ajeno a aquello hubiera visto lo que trataba de hacer, se habría estado riendo de él toda la vida, inclusive JongIn estaba aguantando la risa durante los últimos metros hasta que finalmente, pasó los brazos por la cintura del chico que estaba ante él, sorprendiéndolo tanto que este profirió un grito poco masculino que hizo reír a JongIn como si estuviera loco.

          —¿Qué haces? —le cuestionó ZiTao, girándose hacia él.

          —Aprovechar mi ventaja —y tras decir esto, cruzó la distancia que lo separaba de los labios del mayor para depositar un corto beso en estos—. Nos vemos en la línea de meta.

          JongIn le sonrió pícaramente y después se despidió de él para seguir con lo que tenía que hacer, que era encontrar un graphorn y cortarle un cuerno, no asustar a otros campeones ni besarlos aprovechando que seguían sorprendidos por el susto, aunque JongIn no estaba seguro de que quisiera besar a SeHun también. Cierto era que el representante de Beauxbatons era muy guapo y tenía un cuerpo que daba envidia, pero si lo meditaba bien, el único al que quería besar en aquel momento, y probablemente en un futuro, era a ZiTao.

          El chico negó con la cabeza porque aquel no era el momento de pensar en aquello, tenía que concentrarse en realizar correctamente la prueba y salir vivo de ella, una vez que hubiera hecho todo eso, ya tendría tiempo de pensar qué era lo que le estaba pasando con ZiTao.

          El representante de Hogwarts caminó por el bosque durante algo de tiempo más hasta que, de repente, descubrió una huella reciente de unas zarpas grandes de cuatro dedos, como aquellas que JunMyeon le había dicho que tenían aquellas criaturas que tenía que buscar y el chico casi gritó de júbilo. JongIn se agachó sobre el suelo y vio cómo aquella huella no podía tener mucho tiempo quizás unos pocos minutos, así que estaba muy cerca de poder lograr su objetivo. Solo le faltaba saber qué era lo que haría cuando se encontrara frente a la criatura e intentara conseguir lo que le habían mandado sin morir en el intento.

          Con energías renovadas, JongIn comenzó a avanzar de nuevo, pero esta vez siendo mucho más cuidadoso porque estaba muy cerca, mucho más cerca de lo que se había imaginado que estuviera al empezar la prueba y no quería desaprovechar aquella oportunidad y terminar perdiendo. Mientras avanzaba, viendo dónde colocaba sus pies para no hacer ni el más mínimo ruido, recordó que había un hechizo que podía silenciar todos sus movimientos y se dijo mentalmente idiota por no recordarlo antes y haber estado haciendo el tonto todo el rato que llevaba dentro del bosque. Con sus pasos silenciados, JongIn avanzó cerca de una media hora siguiendo las huellas del suelo hasta que encontró lo que estaba buscando.

          La criatura que JunMyeon le había descrito antes de salir se encontraba ante sus ojos, tranquilamente, sin sospechar para nada que JongIn estuviera a su acecho. Aquello tenía que seguir así, de aquella forma hasta que el chico consiguiera lo que estaba buscando. JongIn se escondió detrás del tronco de un árbol cercano para observar los movimientos del animal y ver así cuál sería su mejor opción.

          Acercarse a él y montarse en su grupa para poder cortarle la punta del cuerno era una posibilidad, pero bastante peligrosa, así que la descartó por el momento. Lanzarle un hechizo a la criatura para inmovilizarla también lo descartó porque JunMyeon ya lo había avisado de la piel dura que tenía esta y que no le serviría da nada. Tenía que encontrar una forma de hacerlo en la que no pusiera en peligro su integridad física. En ese momento, cómo un flash, le vino un recuerdo a la mente de él junto a TaeMin, de los días que habían estado practicando un montón de hechizos antes de que se realizara la primera prueba. Sí, aquel hechizo era perfecto para poder realizar su cometido y salir sin ningún rasguño si lo hacía bien.

          JongIn sacó su varita del lugar en el que la había estado guardando hasta el momento para que no le sucediese nada y después dijo las palabras mágicas. De esta, salió una especie de látigo de una luz azulada que se enroscó en uno de los cuernos de la criatura y cortó solo la punta de este, haciendo que cayera al suelo. El chico se sintió como si fuera el rey del mundo solo por aquello y casi se puso a gritar por ello. Sin embargo, tuvo que volver al mundo real cuando la criatura, que había sentido cómo la pinta de su cuerno era cercenada, se giró hacia él, con toda la pinta de querer matarlo.

          —Accio trozo de cuerno —dijo el chico y este salió volando hasta su mano, justo después, se echó un hechizo para aumentar su velocidad y salió corriendo para salvar su vida.

          JongIn corrió ladera abajo, porque sabía que de esa manera, llegaría más pronto al lugar del que había salido, aunque realmente no tuviera mucha idea de donde se encontraba en aquellos momentos. Durante algunos momentos, el chico creyó que la criatura lo alcanzaría, pero cuanto más tiempo pasaba, más se alejaba de ella hasta que finalmente esta perdió su rastro y JongIn pudo tranquilizarse y parar de correr. El representante de Hogwarts se detuvo y se dejó caer contra el tronco de un árbol para descansar un poco y para así poder hacer polvo aquel trozo de cuerno y guardarlo en el interior hueco del guardapelo. Una vez lo tuvo todo hecho, el chico volvió a echar a correr porque aún no había escuchado el cañón que anunciaba que alguno de los otros dos campeones hubiera llegado y eso significaba que él podía ser el primero en hacerlo si se daba prisa.

          Como si aún siguiera persiguiéndolo el graphorn, JongIn corrió ladera abajo hasta que los árboles de aquel bosque fueron teniendo cada vez más espacio entre ellos, lo que significaba que se estaba acercando a la falda de la montaña. El chico salió finalmente de la arboleda y miró a un lado y a otro, buscando el lugar al que tenía que ir, y hallándolo a varios cientos de metros a su izquierda. JongIn volvió a introducirse de nuevo entre los árboles, corriendo en paralelo para poder aparecer en el lugar indicado. Cuando JongIn volvió a salir, esta vez en el lugar correcto, escuchó los vítores hacia su persona de parte de los alumnos de Hogwarts, a la vez que un cañonazo lo anunciaba como el ganador de aquella prueba.

          Un poco perdido, el chico avanzó hasta donde se encontraban los tres directores y le tendió el guardapelo en el que se encontraba el cuerno pulverizado del graphorn al director de Durmstrang, quien lo abrió e introdujo uno de sus dedos en él para después chuparlo. Cuando probó que realmente era lo que le habían pedido que llevara, puso en su rostro una expresión de desagrado y JongIn supo que era porque no había ganado su campeón, sino él, pero eso no hizo que si felicidad mermara cuando el hombre finalmente dijo las palabras que el chico y todos los alumnos de Hogwarts querían escuchar:

          —El ganador de esta prueba es el señor Kim, representante de la Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería.

          En aquel momento, todos volvieron a gritar y JongIn vio cómo la directora McGonagall le sonreía, orgullosa de que hubiera ganado en aquella prueba, justo antes de ser envuelto en miles de abrazos procedentes de los chicos de su escuela, aunque JongIn echó de menos los brazos de TaeMin entre estos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Tus comentarios son importantes para que el blog siga creciendo!