martes, 7 de junio de 2016

(CLTiff) De desfile -Serial- Capitulo 6


Nota: Hello!! Aquí estoy de nuevo, con un nuevo capitulo. Espero que este os guste, sobre todo el final -guiño, guiño- Pero nada de mirarlo si no habéis leído todo antes, eeeeeh. Ya me diréis si queréis más de eso o no e_e (?) ¡Nos leemos! ¡Besitooos!

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Cuando se bajó de la pasarela, y puso un pie detrás de esta, en la zona de maquillaje y los vestuarios, el resto de modelos, profesionales y encargados técnicos, empezaron a aplaudirle, con fuerza y ánimo. Todos parecían contentos y emocionados. E incluso aun escuchaba los aplausos detrás suya de los que habían estado presentes en el espectáculo.

-Lo has hecho increíble, si tu ayuda no sé qué hubiera pasado. Muchísimas gracias por lo que has hecho. De verdad, CL, ojala te vaya muy bien a lo largo de toda la carrera que tienes por delante – El diseñador y creador de la ropa que llevaba puesta que había lucido momentos antes, la abrazó.

CL se percató que desde que se había unido a ella en la pasarela para saludarlos a todos, no había dejado de sonreír de manera feliz y sincera.

Se sentía muy bien con ella misma. Tenía la sensación en el cuerpo de que había hecho algo bueno, que había dado un gran paso en su carrera profesional. Quería compartir su momento y su felicidad con Tiffany.

Tenía el impulso de demostrarle a su jefa que no la había decepcionado, y que jamás lo haría. Quería que Tiffany estuviera allí y se sintiera orgullosa de ella.

Pero antes, debía cambiarse de ropa y ponerse la que era suya. El joven diseñados insistía e regalarle unos de los modelos que había presentado en el desfile, pero de manera cortes, ella lo rechazaba.

Una vez que pudo cambiarse de vestuario, salió de allí sin dejar de agradecer a todos los elogios que aún seguía recibiendo por parte de todos los presentes.

Se le hacía muy extraño que Tiffany no hubiera ido a buscarla, pero tampoco ella muy importante ni tenía nada que la enlazara tanto a su jefa, así que decidió ser ella quien saliera a buscarla.

Todas las personas que habían asistido para ver el espectáculo, ya se encontraba levantadas de sus sillas y charlaban entre sí. Había mucha menos gente que al principio. CL supuso que se había marchado ya de allí, pero no tardó mucho en descubrir que había abierto unas puertas que daban a una sala paralela a la que estaba, donde una recepción los esperaban a todos los invitados.

Al no ver a Tiffany en la sala donde había tenido lugar el desfile, CL se dirigió a la nueva sala. Una larga mesa reinaba en el centro de la estancia. Diferentes aperitivos cubrían la mesa, y camareros caminaban de un lado para otro, cargando bandejas llenas de copas con champagne.

CL estaba muy asombrada y maravillada con lo que estaba viendo, pero sacudió cualquier pensamiento que no fuera encontrar a Tiffany.

Ella no sabía mucho acerca de encuentros como aquel, así que sin ella se encontraba muy perdida.

Al cabo de un rato, se había recorrido toda la sala varias veces y ni rastro de su jefa ¿Y si se había ido sin ella, olvidándola? Seguro que no había sido capaz de hacer tal cosas ¿no?

Desesperada como estaba sin saber ya donde buscar, se dio a sí misma un respiro. Cogió una copa que traía un camarero cuando paso por su lado, para poder pensar mientras que hacer y donde buscar ahora. Pero antes quería probar algún aperitivo.

Se intentaba abrir paso hasta la mesa para poder coger algo de comer, pero cuando casi lo estaba consiguiendo, la persona que tendí de espaldas en frente de ella, dio un paso atrás, chocando con ella y provocando que el champagne de su copa, cayera sobre su propio atiendo, manchándolo de manera considerable.

La persona que había provocado el accidente, no dejaba de disculparse, pero CL con una sonrisa en los labios y diciendo que no pasaba nada, se alejó en cuanto pudo, con la intención de ir a los balos, a ver si podía arreglar aquel estropicio en su traje.

Cuando iba a entrar ya en los aseos para mujeres, una joven salía, y con ella, al abrir la puerta, una voz salió de allí que la pudo distinguir al momento.

Por fin había dado con Tiffany, pero no llegó a abrir la puerta del todo, cuando pudo escuchar claramente algunas palabras, que la dejaron con la puerta un poco abierta. Se quedó allí parada tras la puerta, escuchando la conversación que parecía mantener su jefa con otra mujer.

-Te he dicho que no pienso vender a CL, ni a ti ni a nadie –Fueron palabras que salieron de la contundente Tiffany.

-Tampoco me la tienes que vender para siempre, tal vez… por un tiempo –Otra voz femenina, un tanto melosa, parecía que pertenecía a la mujer con la que Tiffany estaba conversando.

-Te he dicho que no, no lo voy a hacer.

-Aunque solo sea para mi nueva colección. Seguro que lo hace de manera estupenda –Seguía insistiendo la otra mujer. Nunca antes la había visto.

-No te lo vuelvo a repetir. No voy a cederte ni venderte ni prestarte a CL. Ella me pertenece – La voz de Tiffany se había endurecido conforme avanzaba la conversación.

-Tú te lo pierdes – Parecía que aquella mujer de la que no sabía nada, no pensaba rendirse.- Pero ella conmigo, en mis manos, florecerá mucho más de lo que nunca podría llegar a hacer contigo.

-Si yo fuera tú, no estaría tan segura.

CL era consciente de que estaban hablando, como lo hacían. Se sentía como un mero objeto al que podían explotar, lucir y pasar de mano en mano. No le estaba gustando nada.

-Vamos, querida Tiffany, deja a un lado tu orgullo, sabes de sobra que sería sí. Contigo solo se marchitaría poco a poco.

-No pongas las manos en el fuego, que te puede quemar.

-¿Estás segura de que será así?

-Y tan segura. Yo confío en ella y sé que con mi ayuda será la imagen del mundo. Miles de empresas y diseñadores morirán por presentarla en sus negocios.

-¿Quieres volverla como tú?

-Eso a ti no te interese, solo quiero que ella sea una gran modelo y sea toda una gran experta en este mundo de manipuladores, para cuando ella decida seguir su camino sin mi ayuda.

-Eso dices ahora, pero cuando te des cuenta que jamás conseguirás eso, querrás venderla a otras empresas y ahí estaré yo, para disfrutar de tu fracaso.

-Pero como eso no pasara, mejor no te hagas ilusiones – CL irrumpió en el baño, en la conversación, cansada de lo que estaba escuchando.

-CL ¿Qué haces por aquí? Pensé que estarías disfrutando de tu momento – Tiffany la miraba apenada y a la vez sorprendida de que estuviera allí, y escuchando todo lo que estaba pasando.

Esa era mi intención, pero quería compartirlo con la persona que me ha encontrado entre tanta gente y me ha dado la oportunidad de brillar hoy sobre la pasarela.

CL se puso enfrente de las dos mujeres, segura de lo que estaba diciendo y con los brazos cruzados sobre su pecho.

Dirigió su mirada hacia esa mujer que tanto interés parecía tener en ella. Su cabello castaño casi por su espalda, sus finos labios dibujaban una sonrisa en su rostro y sus ojos grandes la miraban de arriba abajo, como si estuviera entretenida examinando cada detalle de ella.

-CL, quería, déjame que me presente. Soy Taeyeon, una… gran amiga de Tiffany – Sin dejar de sonreír de esa manera extraña, aquella mujer le tendió la mano.

CL dudó por un momento, pero se la acabó estrechando por educación. Algo en ella no le daba una buena vibración, así que cuanto más lejos de ella y su vida, mucho mejor.

-Puede que no hayas entendido bien nuestra conversación, pero quiero que sepas que estoy dispuesta… – Taeyeon s quiso reanudar su discurso, pero CL la interrumpió, no quería seguir escuchando.

-Sí, sí que lo he entendido, y muy bien. No espere que me vaya con usted.

CL no lo vio, pero una sonrisa cargada de orgullo apareció en el rostro de Tiffany, que miraba a Taeyeon de manera desafiante.

Taeyeon debatió sus palabras, pero antes de volver a hablar, rebuscó en su oscuro bolso de mano que hacía a juego con su vestido. Del interior del bolso sacó una tarjeta, la cual se la tendió a CL.

-Por si en algún momento te arrepientes y quieres cambiar de aires.

Cuando CL cogió la tarjeta, sin mirar a Tiffany, Taeyeon se marchó de allí, con la barbilla alzada y un suave contoneo de caderas.

Sin ni siquiera mirar la tarjeta, hizo con ella una bola y la tiró en la primera papelera que vio. Acto seguido se situó frente a su jefa.

Sus miradas se encontraron y permanecieron así por unos segundos, que pasaron lentos hasta que una de ellas se atrevió a romper el contacto visual.

-¿Qué has escuchado de la conversación? – Se atrevió a preguntar Tiffany.

-Lo suficiente como para no fiarme nada de esa tal Taeyeon.

Sus palabras consiguieron sacar una pequeña sonrisa del rostro de Tiffany. CL quería hacerle muchas preguntas, pero algo le decía que todo llegaría a su momento.

-Pero hay algo que no llego a entender – Se atrevió a hablar CL tras unos segundos en silencio.- ¿Por qué alguien así te ha dicho que yo contigo no llegaría muy lejos?

Tiffany se incomodó un poco con la pregunta que le había dicho, pero no se lo demostró.

-Simplemente tiene celos de que haya sido yo quien haya dado con un diamante en bruto como tú y ella no – Se limitó a decir.

-¿Y por qué ha preguntado si querías volverme como tú? ¿¿Es que eso tiene algo de malo?

Tiffany no supo que responderle. Mantuvo su mirada fija en ella, pero no tardó en desviarla. No quería decirle la verdad. No cuando incluso a ella misma aun le dolía y le aterrorizaba decirlo.

-No sé porque lo ha dicho. Supongo que vería en ti una rival como ve en mí, si acabaras siendo una gran estrella.

CL no supo si creer las palabras de Tiffany. Sonaba muy convincente, la verdad, y si lo pensaba bien, tenía toda la razón, pero había algo en su voz que le decía que ocultaba algo.

Al ver que no le respondía, Tiffany se puso tensa y buscó que decir para poder desviar el tema.

-Yo solo pienso en que sería mejor para ti. Y esa tramposa solo jugaría contigo hasta que se cansara.

-Su nombre no me suena de nada ¿es también diseñadora?

-Sí lo es, y tal vez no la conozcas porque ella triunfa y se mueve más por la zona sur del país y no por el norte.

CL asintió ante sus palabras queriendo preguntas muchas dudas que le habían surgido a lo largo de la charla, pero no se veía capaz de pronunciarlas en ese momento.

Al ver que no decía nada más, Tiffany cogió las manos de la joven, tomándolas entre las suyas, acariciándolas de manera reconfortable.

-Te voy a decir una cosa –Comenzó a decir.- Cuando te vi, vi algo en ti, que no pude ver en nadie más. Tienes potencial y estás llena de ilusión y fuerza, y será eso lo que te haga avanzar en tu carrera, y no yo.

Tiffany se tomó una pausa buscando las palabras adecuadas para decir a continuación. No quería que su voz fallase y le delatara que ocultaba algo. Aunque fuera así.

-Yo quiero hacer de ti una gran experta en este mundo de moda, quiero que seas mucho mejor que yo, por si algún día, decides irte por tu cuenta a triunfar por otros lados.

-Pero yo ahora no quiero irme, estoy muy bien trabajando contigo – Se sinceró CL. Había algo en esa conversación que no le estaba gustando nada.

-Ya lo sé – Tiffany ahora alzó sus manos hasta su rostro, tomándolo por las mejillas.- En este mundo, conforme pasa el tiempo, todas las personas cambian de opinión. Nadie es una excepción.

-Entonces ¿Tú podrías cambiar de opinión sobre mí y que no quisieras que trabajase más para ti? –Preguntó CL con algo de miedo en sus palabras.

Tiffany rio de manera suave ante su inesperada pregunta. En sus ojos veía que estaba algo asustada, pero también encontró en ellos un brillo especial, el cual no podía dejar de observar. Sus ojos eran tan maravillosos que la embelesaban.

-Para nada. Hay decisiones que si se toman de corazón, duran para siempre.

-Yo quiero tomar una decisión como esa – Acaba diciendo CL.

El corazón le latía frenéticamente, y quería alejarse y salir corriendo de allí. Estar tan cerca de Tiffany, con el hermoso rostro de ella a apenas escasos centímetros del suyo, le causaba una sensación rara, que nunca antes había experimentado. Era hermosa y a la vez la asustaba.

Pero no podía moverse de allí. No quería moverse de su lado.

-¿El qué?

-Tomo la decisión de no separarme de ti en toda mi carrera.

-¿Estás segura? –Las palabras de CL sorprendieron a la diseñadora, la habían dejado casi sin aliento.

-Nunca lo he estado tanto.

Y sin saber como pasó, ambas chicas fundieron sus labios en un tierno beso. Al principio algo torpe, los nervios las traicionaba, pero cuando cogieron algo de seguridad, el beso se fue volviendo poco a poco más dulce.

Sus labios en contacto habían encajado casi a la perfección, como si estuvieran hechos los unos para los otros. Ninguna de las dos fueron conscientes del tiempo que había transcurrido hasta que se separaron. Pero sí que estaban seguras de una cosa. Ese beso acabaría repitiéndose, porque las había cambiado por dentro.

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