martes, 7 de junio de 2016

(CLTiff) De desfile -Serial- Capitulo 5


Nota: ¡Hola a todos! Con estás temperaturas de calor no estoy muy por la labor de escribir mucho, pero hago lo que puedo, y aquí os traigo un nuevo capitulo de este fanfics yuri. Espero que os guste, este es un momento importante para CL y el desarrollo de la historia. ¡Besos!

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-No pienses más en ello, mira, se va a solucionar todo -Jiyeon dejó ante ella un vaso de plástico con manzanilla bien caliente ante CL para que se tranquilizara.

-Lo sé, lo sé, pero me da mucha rabia ¿qué he hecho yo para que me hagan esto? -CL tomó el vaso entre sus manos, pero no bebió.

-La envidia es muy mala, CL, y ellas te envían, normal, eres mucho mejor que todas ellas juntas. Pero ahora céntrate y relájate, te vas ahora con Tiffany y tienes que estar radiante y mantén la compostura ¿vale? Venga.

Era muy fácil decirlo, pero era otro mundo conseguirlo. Jiyeon se dispuso a arreglarle un poco el cabello. Se lo había acomodado al salir de casa, pero con todo el alboroto montado, se había despeinado y así no podía irse con Tiffany. Ni Jiyeon la dejaría, ni ella quería.

-¿Tienes idea de a donde me va a llevar Tiffany? -Acabó preguntando CL tras darle un sorbo a la manzanilla y quemarse la lengua.

-No, a mí no me han informado de nada, solo que yo no podré ir contigo. Tendrás que ir tú sola con ella. No vayas a hacer ninguna locura y no hables si no te pregunta directamente ¿de acuerdo?

Una sorpresa. Que poco le gustaban, porque no sabía a qué se enfrentaba. Pero no podía tampoco negarse.

En cuanto Jiyeon acabó de peinarla, dejándole el pelo recogida en una trenza de espina, se maquilló un poco, hasta que le dijo Jiyeon que ya era la hora.

CL no fue consciente de lo que estaba haciendo hasta que estuvo enfrente de Tiffany y los nervios le dominaron el cuerpo entero.

-¿Estas preparada? -Tiffany terminaba de firmar algunos documentos que su secretaria le había puesto delante.

Estaba parada en medio del hall, e iba vestida elegante, pero sexy a la vez. CL se atrevió a recorrer su cuerpo con la mirada. Sus curvas pronunciadas estaban muy bien marcadas con el vestido que llevaba. Pero lo que si se dio cuenta, fue de sus largas y perfectas piernas. De repente sintió unas ganas tremendas de acariciarlas y conocer su tacto.

Cuando se dio cuenta de lo embelesada que estaba observándola, se sonrojada, y más que estaba esperando su respuesta.

-Sí, sí, lo estoy -Estuvo a punto de tartamudear de lo nerviosa que estaba.

-Entonces nos vamos ya, que tenemos algo de prisa -Tiffany le devolvió a su secretaria todos los papeles que tenía entre sus manos, y le hizo un gesto a CL para que la siguiera.

Ambas, salieron fuera del edificio, donde un lujoso y caro coche oscuro esperaba. El chofer de dicho auto, bien vestido, saludo a Tiffany y le abrió la puerta trasera para que pudieran entrar.

Una vez dentro, este hombre cerró la puesta y se fue a su posición, frente al volante. No tardaron mucho en salir y unirse al tráfico que transitaba la ciudad.

CL se vio tentada de preguntar a dónde iban, pero no quería cometer algún error y que la echaran sin llevar mucho con ese trabajo. Además de que Tiffany estaba muy ocupada con su agenda electrónica, o eso parecía. Así que lo mejor, era no molestar.

-Oye, CL, te voy a pedir una cosa. No quiero que te separes mucho de mí, quiero presentarte a algunas personas muy importantes en este mundo, y si a ellos les caes bien, pueden ser unos patrocinadores que te hagan despegar a ser una estrella. Claro, con mi ayuda -Tiffany le hablaba pero sin levantar la mirada de su aparato electrónico.

-Está bien, de acuerdo -Asintió CL, sin decir nada más de lo necesario. La risa de Tiffany la hizo mirarla, ya que le estaba extrañando mucho. Tenía una risa muy bonita.

-No me hables con cortesía o con miedo a lo que te pueda decir. Prefiero que te dirijas a mí como una amiga.

Asombrada por sus palabras, CL asintió, algo sonrojada. Buscaba algo con lo que desviar de su mente esa situación y decidió probar suerte con mirar por la ventanilla y observar el lugar por el que pasaban. Para su sorpresa, no reconoció el lugar. Era una zona de la ciudad por la que nunca antes había pasado, y normal, porque por lo que iba viendo era una zona reservada para personas autorizadas.

Todo lo que veía se demasiado bien, bonito y curioso. Y la gente que paseaba iba de una manera diferente a los que normalmente ella veía.

Cuando se estaba armando de valor para preguntar acerca de donde estaban, el auto en el que iban, se estacionó delante de una gran mansión. Por lo poco que podía observar CL, estaba todo muy tranquilo.

Al ver que Tiffany se quitaba el cinturón y salía del coche, se limitó a imitarla. El sol le hizo daño en los ojos al darle de manera tan directa. Se puso la mano sobre la frente a modo de visera. Buscó a Tiffany con la mirada, que parecía hablar con el chofer, dándole indicaciones, pero cuando comenzó a caminar hasta la casa que tenían en frente, la siguió.

Era una señora mansión hacia donde iban. Con un jardín delantero bastante envidiable para cualquiera.

-CL, quiero que te quedes cerca de mí, voy a presentarte a unas personas muy importantes, y si les das buena impresión, te aseguro que en un mes, serás toda una estrella.

Tiffany la miró y cuando acabó de hablar, le guiñó un ojo. CL se sentía inquieta, y ese gesto la alteró. Se ruborizo ¿por qué se ponía así con Tiffany cuando nunca se había avergonzado de nada y con nadie?

Con las manos sudando, CL entró tras Tiffany, cuando unos hombres con un uniforme y cara muy serias, les abrieron las grandes puertas de la mansión. Cuanta gente había en el interior del edificio.

Aunque la urbanización en la que estaban parecía habitable por familias, esta mansión o casa, no era así. Parecía preparada para acoger reuniones o eventos para personas de alta gama.

Allí todo el mundo charlaba, con voz relajada y sin problemas, bebiendo copas de fino cristal que unos camareros iban repartiendo a cada uno que tenía su copa o directamente no tenía.

Y eso fue lo que le pasó a CL. Nada más entrar, no le dio mucho tiempo a observar la estancia cuando ya tenía a un joven camarero con una sonrisa en el rostro ofreciéndole una copa. Por cortesía, CL cogió una copa, pero no bebió nada.

-Ah, señor Lee, cuanto tiempo sin saber de usted -Tiffany se saludó con un hombre bastante mayor. Las arrugas de la frente y las patas de gallo lo delataban.

-Mucho, Tiffany querida, pero es un placer tenerla aquí ¿quién es su joven acompañante? -Ahora sus ojos se habían puesto en CL, quien no tardó en saludar educadamente.

-Ella es mi nueva adquisición. Una joven nacida para ser modelo y brillar en la pasarela -Tiffany parecía muy segura de lo que estaba diciendo.

-¿Y tendremos el placer de verla brillar?

-Claro que sí, en cuanto sea su momento.

-Esperemos que sea pronto. Ahora he de irme. Tienes tus asientos en primera fila, como debe ser.

-Muchas gracias, señor Lee -El hombre se despidió de ellas.

Tiffany le hizo una señal para que la siguiera, lo cual lo hizo sin rechistar. CL se sorprendía a cada paso que daba, porque todo el mundo conocía a Tiffany, la paraban para saludarla y ella no dejaba pasar la oportunidad de presentarla para que la fueran conociendo también. CL se lo agradecía, pero cuando se sentó en uno de los asientos que había reservados para Tiffany, sentía los ojos de todo el mundo sobre ella.

Mejor no pensar en lo que tenía a su alrededor. Entonces fue cuando se percató de donde estaba. Se encontraba ante una larga pasarela y ella estaba a uno de los lados. Tiffany la había llevado a un desfile de moda. Nunca antes había estado en uno.

-El señor Lee suele dejar esta mansión para pasarelas y así entretener a todos sus amigos y dar a conocer a sus clientes y, de esa manera, agrandar su telaraña de contactos -Las palabras de Tiffany dichas en un susurro cerca de su oído, le provocó un pequeño escalofrío. Pero no sabía si era por lo que había dicho o por susurrarle de esa manera.

Pero Tiffany parece tener razón. Allí había muchas personas y todas parecían gozar de un status o puesto importante.

Pasó un buen rato antes de que el desfile empezara. Por lo que pudo escuchar, se había retrasado bastante de la hora acordada por unos problemas. Pero las chicas iban desfilando tranquilas y seguras de sí mismas. Y los modelos que llevaban de ropa, eran espectaculares. Estaba disfrutando de la primera vez que veía un desfile.

A pesar de estar animada con el espectáculo, vio por el rabillo del ojo como el señor Lee se le acercó por detrás a Tiffany y le susurró algunas cosas. Quería saber de qué se trataba pero no podía meterse en cosas que no le incumben o estaría sin trabajo muy pronto.

Pero la mano de Tiffany cogió la suya y tiró de ella, haciendo que se levantara y la siguiera. No entendía nada.

El desfile no había acabado y ella quería verlo acabar. Se supone que la mejor pieza, la pieza estrella seria la última y quería estar presente cuando saliera. Pero no era capaz de discutir con Tiffany, así que se limitó a seguirla, saliendo de la habitación.

Acabaron en los vestuarios de las modelos, donde el señor Lee las esperaba junto a un joven hombre que parecía muy angustiado.

-Explícame mejor que está pasando -Insistió Tiffany, para que así CL se enterara también de lo que pasaba.

El señor Lee hizo un gesto de empezar a hablar, pero su acompañante se le adelantó, con una voz bastante angustiada.

-Mi modelo principal, quien iba a lucir por la pasarela la joya de mi colección está enferma y no encontramos a nadie con una porte adecuada. Y ahí fuera hay gente que lo espera y si no lo presento como es debido todo mi trabajo y esfuerzo no habrá servido para nada.

El joven parecía estar al borde del llanto. CL se apiadó de él, pero ¿qué tenían que ver ellas con eso?

-Había pensado que podías demostrar el talento que tiene tu chica y no dejar que este evento acabe mal -El señor Lee aclaró sus dudas sin que tuviera que pedirlas.

Sin saber que decir, CL dirigió la mirada hasta Tiffany, que fruncía el ceño, pensativa. Ella quería hacerlo, aunque por otra parte le causaba pavor. No lo había hecho jamás ante tanta gente e importante. Pero siempre había una primera vez para todo.

-Lo que ella decida -Tiffany le dejó la responsabilidad de elegir a ella. No sabía qué hacer, le sudaban las manos.

Su mirada pasó desde Tiffany, al señor Lee y al joven que la miraban de manera intensa. Esperando una respuesta. Las palabras se le quedaban en la boca, no sabía que decir. Dirigió su mirada a Tiffany, buscando apoyo, un empujoncito en su expresión, y fueron sus ojos brillantes e intensos los que le hicieron decidirse.

-De acuerdo, lo intentaré hacer lo mejor que pueda -Dijo CL casi tartamudeando

El joven diseñador saltó de la emoción y se la llevó de la mano casi corriendo hasta uno de los probadores para cambiarla.

-¿Crees que lo va a hacer bien? -El señor Lee miraba a Tiffany como dudoso, pero ella no dudaba.

-No. No lo va a hacer bien. Lo va a hacer como una diosa -Tiffany se dio media vuelta, con una sonrisa en el rostro. Quería ver a CL en la pasarela, pero sobre todo, ver la cara de toda su competencia al verla brillar, y que era suya.



***



No sabía decir cuánto rato había pasado frente a un espejo, dejándose maquillar y peinar. Parecía que nadie se ponía de acuerdo de como dejarla y ya mismo le tocaría salir y aún no estaba.

Yonghwa, el diseñador, iba de un lado a otro, completamente estresado porque no estaba terminada y su momento estaba a punto de llegar, pero por fin, parece que tanto las maquilladoras y peluqueras, se pusieron de acuerdo.

CL se atrevió a mirarse en un espejo de cuerpo entero antes de salir. Se veía diferente, pero le encantaba. Llevaba un vestido de tubo, rosa, con hombreras y el filo del cuello negro. Los labios de un rojo suave y los ojos no muy pintados. Su pelo rubio caía por su espalda como una cascada, con ondulaciones. Aunque un mechón rebelde caía por un lado del rostro.

-Madre mía. Estas fabulosa. Te queda mucho mejor que mi modelo. Me muero -Yonghwa daba vueltas alrededor de ella, observándola hasta el mínimo detalle.

Le dio unos tacones de aguja con plataforma negros para que se los pusiera y la dejó en la entrada de la pasarela. Ya le había explicado lo que tenía que hacer, lo tenía muy claro.

La última modelo volvía ya, y en cuanto ya no estaba visible al público, las luces y el ritmo de la música de fondo cambio, ese era su momento.

No estaba nerviosa, al contrario. Dio un paso adelante, y ya no se detuvo.

Con la vista puesta en frente, y con unos andares pronunciados, contoneando la cintura y las manos sueltas a cada lado de su cuerpo, recorrió la pasarela con la mirada de todos puesta en ella.

No era consciente de nada, solo de que estaba disfrutando de hacer aquello. Llegó al final de la pasarela, hizo varias poses. De lado, con la mano en la cintura, con la cabeza inclinada… Y se dio media vuelta, caminando de la misma manera, como Yonghwa le había dicho.

Fue acabar de recorrer la pasarela cuando fue consciente de que todo ya había acabado, y los nervios se hicieron dueños de su cuerpo.

No sabía qué hacer, ni que pensar. Y de pronto un estallido de aplausos surgió detrás de ella. Vio a Yonghwa aparecer a su lado, llorando emocionado y con una sonrisa de oreja a oreja.

Le cogió de la mano y la llevó de nuevo por la pasarela. Todo el mundo estaba en pie aplaudiendo de manera frenética.

-Lo has hecho genial, de verdad, has estado fantástica -Le dijo Yonghwa en el oído para que lo escuchara bien.

Los flashes de las cámaras surgían de un lado y de otro. Todo el mundo parecía encantado de su puesta en escena, pero en ese momento, solo le importaba una opinión y era la de Tiffany.

La buscó con la mirada, y cuando la encontró, se asustó. Sus ojos no brillaban como antes, ni si quiera parecía contenta o emocionada por su actuación, sino todo lo contrario ¿tan mal lo había hecho?

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