martes, 7 de junio de 2016

(CLTiff) De desfile -Serial- Capitulo 1


Título: De desfile

Parejas: CLTiff (CL + Tiffany)

Tipo: Yuri.

Género: Angst, Drama, Lemon

Clasificación: NC-17

Advertencias: Lo de siempre, palabras mal sonantes. Muerte de un personaje.

Descripción: CL siempre ha querido ser modelo y es ahora cuando tiene su única oportunidad para cumplir el sueño de su vida. Mientras la famosa modelo y diseñadora, Tiffany, pone los ojos en CL como una posible compañera.

Nota: Después de mucho tiempo, traigo este pedido por CLoverTiff. Siento la espera, pero ya sabéis, hay poco tiempo para las cosas que queremos. Espero que os guste a todos, y más a la chica que lo pidió, y también espero vuestros comentarios y opiniones, incluso criticas constructivas para mejorar, todo esto es lo que me ayuda a seguir con los fics.

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-Hoy es el gran día.

-Lo vas a conseguir, CL.

-Yo siempre he estado segura de que serías una gran estrella.

Y esas eran muchas de las palabras que recibía por parte de familiares y amigos. Pero estaba tan nerviosa, que ni esas palabras de ayuda le servían. Nada le servía para amansar sus revolucionados nervios que rebotaban por todo su cuerpo y concentraban toda la sangre en su rostro. Seguro que estaba con la cara colorada.


Sacó un pequeño espejo de su bolso, y se miró. Sí, sí que lo estaba. Pero gracias a las múltiples capas de maquillaje que se había echado, había conseguido que no se viera lo sonrojada que estaba solo de pensar que estaría ante las posibles puertas de conseguir su mayor sueño.

Bien. Tenía que entrar o se le haría demasiado tarde. Se armó de valor, y movió una de sus piernas hacia adelante, después la otra. Muy bien, lo estaba consiguiendo, poco a poco estaba dentro de ese edificio que le causaba pavor, a la vez que una gran fascinación. Pero era su sueño, y si quería algo, tenía que esforzarse por ello, o se quedaría en nada.

Nunca esperaba que hubiera tanta gente allí. De un lado para otro, corrían, caminaban nerviosos. Gente encargada del lugar, gente que iba a lo mismo que ella. A una prueba para poder ser modelo de pasarela.

-Perdón –Se acercó hasta un mostrador, donde una joven se veía ajetreada con un montón de papeles frente a ella.- Perdón, vengo a entregar un papel relleno para la prueba de modelo.

-Ah, sí, dámelo –Le dijo la agobiada mujer. CL no se tardó en dárselo, nerviosa, pero a cambio, ella le dio una hoja con un numero escrito.- Este será tu número, cuando lo nombre, será tu momento. Pasa por esa sala y espera, solo tendrás que entrar, hacer una pasarela, y solo haz lo que te digan –Le señaló una sala que había a su lado, donde parecía que había más gente concentrada.

CL asintió con la cabeza, y cogiendo el papel que le ofrecía, se fue por donde le dijo. Mucha gente había por allí, demasiada para su gusto ¿toda esa gente estaba para participar en la prueba?

Algunas de las chicas que estaban presentes eran realmente hermosas, más que ella, y se movía que elegancia y una graciosa agilidad. Como si hubieran nacido para ello. CL lo tendría bastante difícil.

Se sentó, en un hueco que encontró vacío. Las chicas allí, practicaban, charlaban, otras, simplemente observaban a las demás por encima del hombro, vestidas con ropas elegantes, fantásticas, como a ella siempre le habían gustado. Que envidia le daban.

Por momentos, sus fuerzas y ganas de hacer eso, le flaqueaban. No tendría nada que hacer contra todas esas magnificas chicas, estaba todo perdido. La superaban con creces, en todos los sentidos. Hasta eran mucho más hermosas que ella, con mejores cuerpos y seguro que se merecían eso más que ella. Pero una parte de su cabeza, le decía que lo intentara, que no tenía nada que perder. Pero aunque lo hiciera, lo haría sabiendo que no conseguiría nada.

Las puertas que tenían frente a ellas, se abrieron, y una joven chica, con el pelo rojo y unas grandes gafas de pasta negra, salió, pronunciando un número escrito en unos folios que tenía entre sus manos. La chica que se trataba de ese número se puso en pie, y se fue tras esa mujer por la puerta por la que había entrado.

-Que nervios ¿eh? –Le dijo una chica a su lado, que la sobresaltó. Le sonreía, aparentando tranquilidad, pero el papel con su número entre sus manos se agitaba por los temblores de sus manos.

-La verdad es que sí… ¿Qué número tienes? –Le preguntó CL, con el fin de sacar algo de conversación para que el tiempo pasara lo más rápido posible.

-Tengo el 108 ¿y tú?

-El 125.

-Vaya, tampoco estamos muy separadas. Pero sí que hay chicas, no pensé que las hubiera tantas.

-Bueno, dicen que la famosa modelo Tiffany estará entre jurado, tal vez sea por eso –Comentó CL, recorriendo con la mirada de nuevo, a todas las chicas que había junto con ellas.

-¡Ah! Sí. Bueno, yo no vine por eso.

-¿Entonces por qué has venido?

-Mi abuela fue una modelo, y siempre ha querido que yo lo fuera, no sé si daré eñ pego, pero voy a hacer la prueba para modelo simple, ya sabes. Está la que se irá con esa famosa modelo que has dicho, y las que simplemente cogerán para un par de pasarelas.

-Eso no lo sabía…

-¡Pues ya lo sabes! –La chica le dedico una amplia sonrisa, y eso CL, se lo agradeció.- ¿Y cómo te llamas?

-Chaerin, pero prefiero que me llamen CL ¿y tú cómo te llamas?

-Sandara, pero mejor Dara –Las dos chicas se sonrieron, cuando salió de nuevo, la mujer de pelo rojo y las gafas de pasta negra.

-108.

-¡Esa soy yo! –Dara se puso de un salto de pie, y fue directa hasta donde ella, pero antes de irse tras la puerta, se giró hacia CL.- ¡Mucha suerte!

Y la chica desapareció, dejando a CL sola, rodeada entre chicas nerviosas. Poco a poco, las que estaban allí, iban entrando una tras otra, dejando a amigos, familiares y demás esperando que pasara. CL veía como entraban, algunas demasiado nerviosas, y otras muy seguras de sí mismas. El tiempo pasaba lento, y ya estaba pensando en irse cuando la chica pelirroja volvió a aparecer por la puerta.

-125.

-Yo –Dijo, levantándose, sin ninguna seguridad en ninguno de sus movimientos. Se acercó hasta ella, y le indicó que la siguiera. Lo hizo.

Pasó entre unos pasillos, siguiendo a la muchacha. Su pelo rojo se ondeaba a cada uno de los pasos que daba. CL se fijó hasta en el último detalle, de lo nerviosa que estaba.

-Vale. Solo tienes que ponerte uno de los modelos que tienes ante ti, y cuando estés lista, me avisas –Le dijo, dejándola sola ante unos probadores y unas perchas llenas de ropa.

CL no lo pensó mucho más y se dispuso a ver que ropa había allí. Ninguna le convencía, pasaba y pasaba, una percha tras otra, y nada de lo que veía le parecía lo adecuado para ese momento. Nada le podría quedar bien.

Fue el último traje que encontró el que le produjo una amplia sonrisa en el rostro. Ese era el perfecto. Lo cogió y se metió directa en el probador. No tardó en desnudarse y en colocarse el mono que había cogido. Estaba formado por un pantalón largo, negro, y una camisa blanca de tirantes, semitransparente. Todo junto. Pero se le quedaba el cuello de la camisa abierto en forma de pico, y se le ceñía bien a su delgado cuerpo.

Se quitó la coleta, dejando su pelo suelto, y al salir, se puso unos tacones negros, simples, que se encontró. Se miraba al espejo, y estaba más que espectacular, parecía que ese mono había sido hecho para ella.

-¿Ya estás lista?

CL asintió a la chica pelirroja, que vino otra vez, ajustándose las gafas.

-Bien. Ahora te voy a llevar ante la pasarela. Solo tienes que desfilar hasta el final, posas para ver que puedes hacer y después, cuando se apague la música, te presentas, dices tu nombre a que te dedicas, y a que te presentas, o modelo casual o a modelo para la moda de Tiffany –La chica hablaba mientras caminaba, y CL la seguía, escuchando y asintiendo a sus palabras.- Mucha suerte.

Le abrió unas cortinas para dejarla pasar. Sin saber a qué se enfrentaba, CL caminó con paso lento pero seguro. Vio por donde tenía que ir, y justo cuando se estaba acercando más, empezó a sonar una música con ritmo, el tipo de música que te anima a moverte, y eso le causó a CL.

Se puso frente a la pasarela, y todos los focos le daban de pleno, que casi la cegaban, pero la adrenalina del momento le hacía seguir adelante.

Un paso, y otro. Pasos seguros, con elegancia. Un pie detrás de otro. Danzando la cadera, de un lado a otro, con gracia, y las manos metidas en los bolsillos que tenía el mono por la parte delantera de los pantalones, mientras su pelo colgaba a un lado, con algunos rizos en su rubio cabello.

Seguía caminando, al ritmo de la música hasta el final de la pasarela. Una vez allí, posó. Apoyándose sobre una pierna, y después sobre la otra. De perfil. Pero siempre con una gran sonrisa en el rostro, se sentía en su salsa. Unos focos, solo la iluminaban a ella, y la habían seguido en todo el recorrido que había hecho.

La música se detuvo, y no es que esperara aplausos ni nada así, pero tampoco los tuvo. Se encendieron unas luces en toda la sala y pudo ver a ante ella a cuatro personas sentadas ante una mesa, la cual estaba repleta de papeles.

-Muy bien, señorita, ¿eres el número 125? –Preguntó un hombre que estaba situado al extremo derecho de la mesa. Un hombre trajeado, y con unas importantes arrugas en el rostro, junto con un gran bigote, bien poblado, sobre su labio superior. CL asintió.- Está bien, preséntate.

-Me llamo Chaerin. Soy dependienta en una tienda de ropa, y estoy aquí para presentarme como modelo para la moda de Tiffany –Después de haber parado de moverse y estar allí presentándose, le habían vuelto los nervios, y se le notaba en el constante jugueteo entre sus dedos.

-Han sido muchas las que han venido para ese puesto, pero solo hay uno ¿eres consciente de ello? –Una anciana mujer, sentada al lado del hombre que había hablado al principio, la miraba por encima de sus gafas de múltiples colores. CL asintió con la cabeza lentamente.

-Bueno, le falta algo de técnica a sus pasos, tal vez practicar algo más en los movimientos y en el tiempo de los pasos –Un hombre, mucho más joven que los otros dos jueces que ya habían hablado, le comentaba sin mirarla, solo escribía cosas que solo él entendía en unas hojas que tenía enfrente.- El traje ha sido el adecuado, porque se ajusta bien a tu cuerpo, y realza la figura, y más con ese cabello rubio, los colores quedan fantásticos.

Las palabras de ese hombre, le sacaron una sonrisa que los otros jueces no habían hecho. Supuso, que el cuarto juez, sería el siguiente en hablar, pero no lo hizo, ni siquiera, cuando le miró, pudo verlo. Estaba echado hacia atrás, y la luz no le daba en la cara, así que no podía verle del todo bien.

-Ya puedes marcharte, al final, dejaremos un comunicado donde diremos quien ha ganado. –Le dijo el primer juez que había hablado desde un primer momento.

CL no se hizo esperar y despidiéndose, se dio la vuelta y se marchó para cambiarse de ropa.

-La chica ha sido una de las mejores ¿no creéis? –Comento la mujer, mientras se ajustaba las gafas.

-Ha sido fantástica ¿qué vas a hacer con ella, Tiffany? –Esta vez, fue el hombre que había hablado en primer lugar.

-Perfecta. Ha sido perfecta –La voz del cuarto juez, sonó en el lugar esta vez, Tiffany, la famosa modelo y diseñadora, había estado atenta observando hasta el último detalle de esa actuación.- Esa chica, tiene algo especial. Tiene algo que no he visto en las demás… Creo que tengo algo especial para ella.

Tiffany sonrió, pasándose un dedo por los labios, pensativa e imaginando que podría hacer con esa chica. Era todo un estrellazo, su mirada decía mucho. Daba una imagen que sobrepasaba a la que ella buscaba.



***



-¡Ya están! ¡Los resultados!

Tras haber estado esperando cerca de hora y media para que pusieran las notificaciones de los resultados sobre quienes de todas ellas habían sido elegidas.

Las chicas que estaban allí, salieron directas para ver. Todas se arremolinaron alrededor del papel que habían colgado justo por la puerta que habían entrado para la prueba. CL no conseguía ver nada, había demasiadas chicas de por medio, con el fin de ver si lo consiguieron o no.

La espera había sido eterna, miles de ideas habían cruzado por su mente. Era imposible que lo consiguiera. Las chicas que la rodeaban, eran muchísimo mejor que ella en todos los aspectos. Y como ya le dijeron los jueces, había muchas chicas que aspiraban al mismo puesto que ella. Así que estaba muy difícil conseguirlo.

Pero a pesar de pensar que no lo conseguiría, y de haber intentado convencerse de ello, una parte de ella, estaba emocionada e ilusionada por conseguirlo. Tenía esperanza, por poder acercarse y ver su nombre como la elegida.

Cuando pudo acercarse del todo, buscó con la mirada, lo más rápido que pudo. Lo primero que salía en el papel, eran las aceptadas como modelos comunes. Encontró entre las elegidas el nombre de Sandara. Lo había conseguido y se alegraba mucho por ella.

Entre empujones y pisotones, siguió bajando con la mirada. De pronto, el mundo desapareció a su alrededor, y esa esperanza que estaba muy dentro de ella, se rompió en mil pedazos. La elegida como modelo para Tiffany, no era ella, si no otra chica, como había pensado.

No tenía nada más que hacer allí. Con un paso lento, y el rostro por el suelo, se fue lo más rápido que pudo, no quería ponerse a llorar delante de tanta gente que no conocía porque no la habían cogido.

Habría otras oportunidades para ella ¿no?

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