lunes, 3 de marzo de 2014

(Jun. K x fan) A.D.T.O.Y -Serial- Capitulo 3





















CAPITULO 3

Llegamos al hall del edificio y a Nichkhun se le ocurrió la genial idea de salir de fiesta. Personalmente no tenía ni ganas,  mi mente estaba en otras cosas. Finalmente se fueron todos exceptuando Leah, Junho y yo.

Mierda, no tenía ni idea de cómo afrontaría esa situación, sólo esperaba  que Junho no nos  dejase  solos.

-Vaya, ya es de día en España, chicos voy a habar con mi novia por Skype... ¿Leah te importa?

Mierda, jodido Junho, que oportuno.

-No, tranquilo me quedaré aquí leyendo.

-Gracias, cordinoona.

-De nada...

Qué se supone qué debía hacer yo, ¿la dejaba sola?, ¿me quedaba con ella? , ¿Le ofrecía mi cama? No tenía ni idea de que hacer  y me sudaban las manos, estaba muy nervioso.

-Puedes irte a dormir... yo me quedaré aquí hasta que termine Junho.

No quería irme pero no sabía muy bien qué hacer.

- ¿Te apetece una copa?

- No bebo... gracias...

-Mmmm veré a ver que tengo.

No sabía muy bien si su respuesta es un no o un sí pero yo aún así me dirigí a la cocina a coger vino, su bebida y algo de picar.

-Aquí tienes, siempre tenemos de estas.

Le dije dejando una bebida isotónica sobre la mesa

-Que servicial, no te lo he pedido pero gracias.

-De nada, ¿Te importa si me siento?

- No, es tu casa, siéntate, no me importa,… estas muy raro.

-Gracias...-  me senté a su lado, olía tan bien...-No estoy raro, yo soy así. Es una lástima que no te guste el vino.

-Bueno, ya veo, pues hace dos semanas eras un autentico capullo.

Esa joven no se andaba con rodeos. Me gustaba que fuese tan clara a pesar de que me  desquiciaban ciertas cosas.

- Poco a poco, te irás acostumbrando.

Di otro sorbo más al exquisito vino bajo la mirada atenta de ella. No me había percatado de que se estaba mordiendo el labio. ¿Por qué? Estaba siendo de lo más seductora en ese momento, aunque fuese algo inconsciente yo no hacía más que  pensar eso mientras la miraba.

 -Parece que después de todo somos muy parecidos en gustos.

- Si... vaya que suerte.

Su tono estaba siendo totalmente sarcástico, esto le  estaba resultando incómodo. Me encantaría poder hacer que se sintiese cómoda.

- Escucha... sé que me he portado mal, lo siendo de veras, pero  todo lo que dije es verdad.

-Vale, pero a mí me gustan más los actos y hasta ahora no veo ninguna razón por la que deba cambiar mi juicio respecto a ti.

Su mirada se veía algo mas apagada, ¿Y si ella también estaba confundida?

No sabía ya que tenía que hacer para que comenzase a tratarme como a los demás y viese al real Junsu. Inconscientemente me abalance sobre ella para besarla, pero Junho abrió la puerta de su habitación.

Nos había pillado.

-Perfecto, picoteo... ¿Me lo puedo llevar?

Yo, me moría de vergüenza y ella se tapaba la cara con las manos estaba sonrojada.

- No, llévatelo.

- Gracias... y….perdón.

Junho no era tonto, sabía lo que iba a pasar antes de que nos interrumpiese. Yo ya no podía mirarla. ¿Porque había hecho eso? Un impulso tal vez, ¿O es quizá lo que realmente quería?

-Tengo sueño... voy a dormir aquí... hasta que vengan.

-No, ve a mi habitación.

Ella me miro con los ojos muy abiertos, me estaba malinterpretando.

- No, no, yo dormiré aquí por ti, Junho va para largo.

Me sorprendió que ella no volviese a contestarme, simplemente se encerró en mi habitación tan rápido como 
pudo.
Sabía que al igual que yo estaba confundida y avergonzada. Si tanto me odiaba ¿porque fue receptiva?,  ¿y porque yo me abalancé sobre ella? Pase gran parte de la noche pensando en esos minutos en los que no era yo mismo. Sea como fuere tendría que aclararme y saber si realmente siento una atracción por ella.

A la mañana siguiente, como todas las mañanas fui a tomar una ducha, siempre cuando me despierto suelen estar todos ya pululando por la casa pero una noche de fiesta hizo que aquello cambiase, todos, o al menos eso creía yo, dormían.

Salí de la ducha, me sentó muy bien la verdad, tome ese tiempo para pensar en la noche anterior. Cogí una toalla y me la amarre a la cintura. Abrí un poco la puerta, había demasiada humedad concentrada y empezaba a agobiarme.  Comencé a secarme el pelo, detestaba tenerlo mojado.

Mientras me secaba el pelo la puerta se abrió más de lo que  la había dejado, yo no me di cuenta, la puerta quedaba a mi espalda y con el ruido del secador no pude escuchar el sonido de las bisagras al abrirse. Cuando note una presencia me giré y encontré a Leah pasando mientras se frotaba con las manos en los ojos.

- Buenos días… veo que has dormido bien.

Ella dio un respingo y se llevo la mano a la boca inmediatamente cuando me vio. Yo me dirigí a la puerta y la cerré.

- Perdona… no  me había dado cuenta, aún sigo dormida.

- Deduzco que has dormido bien, ¿Te ha parecido cómoda mi cama?

Ella me miro con los ojos muy abiertos y se fue derecha a la puerta, yo se lo impedí.

- ¿No crees que esa pregunta esta demás?

- Es solo una pregunta inocente.

- Junsu déjame salir.

- No puedo.

- Joder,  ¿Como que no puedes?

-  Necesito comprobar algo.

-  No me jodas… ya hemos pasado por esto otra vez.

- Si pero  esta vez no me vas a pegar.

No le di tiempo a reaccionar la agarre del brazo y la arrastre hasta la pared de enfrente, donde  puse mis manos apoyadas en la pared  entre sus hombros, ya no podía escaparse. Volví a besarla pero  esta vez el deseo me poseía, ella estaba siendo receptiva de nuevo,  sus labios buscaban los míos con ansia. Pase mi mano por su cintura y la acerque más a mí, la pasión se apodero de nosotros en ese  momento,  tanto fue así  que la cogí por los muslos y ella se agarro a mí cintura. Mi excitación creía por momentos, el deseo de comenzar a desnudarla me invadía la mente por completo, no sé cuánto tiempo más podía aguantar con la toalla amarrada.

Le levante la camiseta del pijama y ella se freno en seco, yo le sonreía pícaramente pero  ella  miraba hacia la puerta con cara de asombro.

Alguien estaba a punto de entrar y yo no podía permitir que viera lo que estaba pasando, así que la baje cuidosamente y  rápidamente la metí en la ducha y yo entre a continuación, menos mal que teníamos una cristalera opaca y no la verían si éramos cuidadosos.

En ese momento lamente el no haber echado el cerrojo, estaba siendo muy surrealista estar con mi estilista metidos en un ducha, ella medio desnuda de cintura para arriba y yo con una toalla, después de haberla besado tan fogosamente que no me lo creía.

- Junsu… ¿eres tú?

- Si…soy yo…

Sabía perfectamente que era Taekyeon y no tenía buena pinta.

- No deberías dejar la puerta abierta, me acabo de levantar y Leah no está en la cama, podría haber sido ella quien entrase.

- Lo olvide por completo… a veces se me olvida que ella está aquí- Mentí.

Al mismo tiempo ella me propino un codazo que hizo que apoyase mi mano sobre  la rueda que daba paso  al agua y  comenzó a caernos agua encima causando que Leah pegase un chillido que Taekyeon claramente escucho.

- Junsu ¿Qué ha pasado?

Mierda, ahora que le iba decir, me asome por la mampara escondiendo a Leah tras de mí.

- Nada, nada salía fría el agua pero  ya está.

- Gritas como una chica… en 4 años es la primera vez que te oigo gritar así…

- Es que estaba congelada… jajaja.

- Cierro,  cuando salga… me voy al GYM esta tarde tenemos ensayo y ahora que puedo… voy a aprovechar.

- Vale Taek… cierra… luego te veo.

Esto estaba resultando un poco incomodo… ahora no solo estábamos solos tras un ataque de pasión si no que también estábamos mojados. Verla en ropa interior de cintura para arriba y mojada no podía ser más provocativa y erótica a pesar de que ella me mirase con la cara descompuesta. No sabía muy bien qué hacer, no podía pensar con claridad, me dominaban las ansias de  llevarla contra la pared bajo el agua  y hacerla mía, pero  no era lo que  yo sólo quería, debía pensar con la mente fría y necesitaba hacerlo ya. 

-Ya puedes tener un buen plan… estoy mojada y tú en toalla, ya me contaras como salimos de aquí sin levantar sospechas.

- Déjame pensar… tengo que salir de la ducha.

- Junsu…

- Toma póntela.- Tuve que darla su camiseta que aún estaba seca, si no se la ponía volvería a tener un ataque de pasión aún que no me faltaban las ganas de hacerlo en ese momento.

- La próxima vez echa el pestillo o hazlo cuando estemos solos... no quiero mojarme innecesariamente de nuevo o tener que estar escondiéndome por todos lados.

Comenzó a quitarse el sujetador y yo me gire cuanto pude, estaba siendo muy poco cuidadosa, parecía que no se daba cuenta de que estaba luchando contra mis impulsos y me estaba constando bastante.

- Y tú podrías ser más cuidadosa a la hora de quitarte el sujetador en presencia de un hombre…-

- Estoy tan desconcertada que no había reparado en ello.

- Ponte YA la camiseta.- Ordene.

- Oye, oye, tranquilo… no me mandes… no soy una sumisa.

- Si no lo haces ya, volveré a llevarte contra la pared y tendré que desnudarte rápidamente, no me gustaría hacértelo en un baño… aún que erótico es… pero  no es mi estilo para  la primera vez.

- ¿Cómo?... eres  un capullo impertinente… ahora mismo me lavaría los labios con lejía si pudiese, ¿Como he podido dejarme llevar? Ya no hace falta que pienses nada paso de estar aquí más tiempo contigo.

La había cagado por completo, a veces me odio a mi mismo por ser tan bocazas. Salió del baño a toda prisa sin importar quién  podía verla, a su vez  yo me fustigue por haber sido tan carbón con ese comentario y termine mi ajetreado y extenso baño de una vez.

Salí de allí esperando que todos estuviesen durmiendo, para mi sorpresa sólo encontré a Junho en la isla de la cocina preparándose el desayuno, por lo que me dijo cuando me vio, Leah estaba en mi habitación echa un basilisco. Iba a ser una situación muy violenta para ambos, y ella no tenía ganas de verme.

Entre en mi habitación como si nada bajo su mirada atenta, la verdad quería disculparme, ahora que las cosas iban bien volví a meter la pata,  a veces estoy mejor callado, pero todo estaba siendo muy provocador.

- ¿Has desayunado?- Pregunte sin pensar en ello antes.

- Después de lo que acabas de decirme, te interesa saber si he desayunado, no te entiendo Junsu.

-  Eso no responde a mi pregunta… Leah ¿Has desayunado?

- Joder… que insistencia… no, no he desayunado. Se me han quitado las ganas de desayunar, de comer, de cenar…

Ignore como acabó la frase, mi cabeza sólo pensaba en como disculparme.

- Vístete… nos vamos a Seúl.

- Que mandón eres, no eres el líder de mi grupo, por si no te has dado cuenta.

- Por favor… vístete… tenemos que hablar y aquí no es un buen lugar.

Ella suspiro y me miro con cierto recelo.

- Vale… pero déjame salir.

Me aparte de la puerta dejándola el paso y la hice un gesto para que se diese prisa. Mientras, ella se cambiaba yo buscaba las llaves de mi coche, no suelo cogerlo mucho pero  la ocasión lo merecía.
Volví al cabo de unos minutos y para entonces ella ya estaba lista. Bajamos de nuevo al garaje y abrí la puerta dejándola paso mientras ella me miraba con cierto mohín de desacuerdo.

-  Como se nota que eres famoso y generas cantidades desorbitadas de dinero.

Me dijo sin ni si quiera mirarme a la cara mientras me ponía al volante.

- Ya sé que un deportivo siempre llama la atención por su ostentosidad. No genero tanto dinero, esto lo compre ahorrando y porque me gustan este tipo de vehículos.

- Que no generas dinero… cínico… ahora resulta que eres una hermana de la caridad.

- Leah… basta… no soy ninguna hermana de la caridad ni tampoco el propietario de un imperio, soy cantante y vivo de mi voz, todo lo que gano es por mi talento. No estoy beneficiándome de la inocencia de nadie ni robo bancos. Si estás enfadada por lo de antes, lo entiendo, pero mi trabajo es muy licito al igual que muchos otros.

- Déjalo… ¿se puede… saber a dónde me llevas…?.

- A una de las  mejores cafeterías de Seúl, quiero que la veas y degustes sus productos.

- Y no generas dinero… tsk…  gracias… pero  si tus fans se enteran de donde estamos se va a liar muy gorda y yo no quiero ser objeto de rumores en programas de corazón, ni noticias, ni ser la mujer más odiada del país por tus fans.

- Tranquila… la cafetería permanecerá cerrada el rato que estemos nosotros allí, no creo que mis padres quieran líos en su negocio.

Leah se giró hacia mí con los ojos muy abiertos.

- ¿ Tu padres son los que llevan la cafetería a donde me llevas?

- Si… por eso es la mejor… jajaja… Tranquila está todo bajo control, he llamado a mi madre esta mañana y no hay ningún problema. Así de paso les hago una visita, desde que soy famoso les veo muy poco.

Ella no volvió a contestar parecía que aquello la tranquilizo un poco más.

Llegamos a la cafetería y fue mi madre que nos abrió la puerta con una amplia sonrisa, mi madre siempre tan agradable con todo el mundo.

- ¡Dios mío Junsu cariño!…  hacía ya seis meses que no te veía- Me dijo mientras me daba un cálido pero  fuerte abrazo- Estas muy guapo y más delegado… voy a tener que hablar con ese jefe tuyo…

Leah rio ante la soltura de mi madre.

- Mamá… estoy bien… no estoy más delgado es que he estado haciendo ejercicio... como bien tranquila.

- Esta bien pero deja de machacarte tanto no es bueno para tu rodilla…

- Vale mamá… te presento a nuestra nueva estilista ella es Leah.

- Perdona mi educación cariño, pero  cuando una madre está seis meses sin ver a su hijo se olvida de los modales… encantada, soy Ha Neul. Pasad y sentaros… ¿qué queréis tomar?

- Lo mío ya lo sabes mamá… ¿Y tú Leah?

- Un chocolate caliente por favor.

- Ahora mismo os lo traigo.

Era un poco incomodo estar con ella delante de mi madre pero la había recibido tan bien que ni siquiera me pregunte como es que no me había preguntado si era mi novia o por qué la traía si nunca llevaba a ninguna mujer.

Acabo de un rato mi madre nos trajo el desayuno, para mí una taza humeante de café y para ella un chocolate caliente acompañado de unas pastas.

- Te traje unas pastas… no sé si serán de tu agrado.

Se dirigió mi madre a Leah mientras le dejaba la taza y el plato en la mesa.

- Que amable, claro que serán de mi agrado, huelen muy bien, muchas gracias Ha Neul.

- De nada reina… bueno os dejo solos… si necesitáis algo llamarme.

- Vale mamá estaremos bien, gracias.

Di un sorbo al exquisito café que preparo mi madre y  mire a Leah degustar lo suyo. Por un momento parecía haber olvidado  lo que había pasado pero aún así me vi en la obligación de pedirle perdón.

-  Leah… ¿está bueno?

- Si lo está, es delicioso, y tu madre es muy agradable.

- Ella no siempre es así… lo siento… por lo de esta mañana… he sido demasiado grosero.

-  Te has pasado mucho… me hubiese dado igual si no hubiese pasado lo que paso  antes…

- Lo sé… estaba tan frustrado y abrumado que no sabía lo que decía, no lo pensé… espero  que el chocolate pueda ayudarte a perdonarme.

En su rostro se dibujo una media sonrisa y continuó bebiendo de su chocolate caliente y degustando las pastas que mi madre había traído.

Cuando terminamos de desayunar lleve las tazas y el plato a la cocina, donde encontré a mi madre hablando por teléfono, su cara de preocupación me hizo saber al instante que la llamada no traía buenas noticias, cuando colgó me miro con los ojos llorosos, le cogí de la mano y la senté, temía que se desmayase.

- Junsu… es tu padre… le ha dado un infarto.

- ¡Joder!... mamá coge tus cosas nos vamos.


1 comentario:

  1. Me mata el lider hace una bien y una mal...pero al menos, de a poco va captando mejor lo que le pasa.
    Muy buena la parte donde intercambia un dialogo con Taecyeon mientras èl estaba en la ducha con Leah, me causo mucha gracia.

    ResponderEliminar

¡Tus comentarios son importantes para que el blog siga creciendo!